Hasta hace no demasiado, era impensable que una oficina no confiase para su departamento financiero en una solución como Microsoft Excel. La hoja de cálculo desarrollada por los de Redmond en los años 80, está tan unida al mundo corporativo que se hace difícil pensar que el uno existiría sin el otro. Sin embargo y como lleva ocurriendo con PowerPoint desde hace tiempo, Excel empieza a ser señalado como enemigo de la productividad en el puesto de trabajo.
Es lo que asegura un artículo del Wall Street Journal en el que se recoge la opinión de varios directivos que cuestionan abiertamente la utilidad de un programa como Excel para dar respuesta a las exigencias de las empresas modernas.
El más vehemente no es otro que Mark Garrett, CFO de Adobe. El jefe de finanzas de la multinacional americana asegura «no estar dispuesto a seguir viendo a personal del departamento de planificación financiera invirtiendo su tiempo en exportar y manipular datos. Quiero que se centren en la historia que cuentan esos datos».
En el mismo artículo se da cuenta de los testimonios de dirigentes de empresas como ABM Industries o Wintrust Financial que explican cómo están haciendo lo posible para reducir su dependencia de una de las joyas de la corona de Microsoft.
Enre las principales críticas que se hacen a este programa es que no permite la colaboración entre varios usuarios (una crítica injusta, ya que sí es posible en Office 365) o que hay límites muy estrictos sobre la cantidad de datos con los que se puede trabajar en un solo documento antes de que empiece a convertirse en completamente inoperativo.
Por contra las fuentes consultadas aseguran que las soluciones de contabilidad y finanzadas basadas en tecnologías cloud, más preparadas para el Big Data y con una capacidad de respuesta mayor, son las que se están «comiendo la tostada» a una aplicación que en los próximos años podría ver cómo su uso queda relegado a las empresas más pequeñas.