El futuro de la realidad virtual podría pasar por la oficina. Es lo que afirman desde Mure VR, una startup islandesa que al igual que compañías como SPACE, o «Virtual Desktop» proponen replicar nuestro espacio de trabajo en un entorno virtual, contando para ello con la ventaja de poder contar con «espacios infinitos» de trabajo y entornos «paradisiacos» en los que aislarnos de todo lo demás.
La propuesta suena bien. De hecho, según el «Dell Future Workforce Global Study, hasta el 66% de los trabajadores americanos estarían interesados en incorporar tecnologías como la realidad virtual o la realidad mixta en sus empresas.
¿Quién no querría poder trabajar desde una playa (aunque fuese virtual) en vez de tener que hacerlo en una oficina? ¿A quién no le gustaría poder aislarse del mundo durante unas horas y trabajar tranquilamente sin ningún tipo de interrupciones? Es básicamente lo que proponen estas Apps, que están convencidas de que la realidad virtual es mucho más que juegos y películas.
Pero como explican en «The Next Web», todavía hay mucho camino por recorrer para que estas aplicaciones encuentren efectivamente, un espacio propio en el entorno corporativo.
El problema más serio al que se enfrentan en estos momentos, como admite el fundador de Mure VR, es la resolución y sobre todo la densidad de los puntos de pulgada (PPP) con la que actualmente trabajan los dispositivos de realidad virtual.
Equipos como HTC Vive ó Oculus Rift cuentan con menos de 500 PPP lo cual puede ser suficiente para películas o experiencias interactivas (juegos, animaciones, visitas virtuales a casas o exposiciones) pero queda lejos de ofrecer una experiencia de lectura adecuada. Para que la experiencia fuese auténticamente inmersiva y no fuésemos capaces de distinguir el pixel en el texto que leemos, deberíamos irnos a pantallas con más de 700 PPP algo que de momento no ofrece el mercado.
El segundo gran inconveniente por supuesto es el tamaño de los dispositivos que debemos llevar. En este terreno es cierto que se está avanzando más que en otros. La apuesta de Samsung, Google o la propia Oculus es que el futuro de la RV sea mobile y los grandes dispositivos que vemos en estos momentos (también en el caso de Microsoft HoloLens) estén reservados únicamente para «jugones».
Si finalmente Magic Leap se decide a presentar su primer dispositivo (y todo indica que están más cerca que nunca tras haber levantado 500 millones de euros en una nueva ronda de financiación) veremos hasta qué punto se pueden miniaturizar unas gafas que, en un mundo ideal, no deberían ser mucho más aparatosas que las «difuntas» Google Glass.
¿Más problemas? El cansancio. Todos aquellos que han tenido la oportunidad de experimentar con dispositivos de realidad virtual/mixta apuntan por un lado que si la experiencia no es óptima, puede marear. Pero no sólo. Incluso cuando no marea, la inmersión en estos mundos virtuales cansa. En dispositivos como PlayStation VR, media hora de juego produce en el cuerpo humano el mismo efecto de cansacio que el de 2 horas de juego «tradicional» frente a la pantalla.
Por supuesto no es lo mismo media hora de matar zombies (con la tensión y descarga de adrenalina que ello supone) que rellenar celdas de Excel. Pero es probable que incluso si esta tecnología entra algún día por la puerta de la oficina, no será (no almenos durante varios años), el principal instrumento de trabajo.
Puede sin embargo encontrar un espacio propio en casos de uso puntuales, como por ejemplo, las reuniones de trabajo. La reciente adquisición de AltSpace por parte de Microsoft, apunta en esta dirección. Pasar de videoconferencias a habitaciones virtuales en las que los profesionales puedan reunirse, trabajar juntos en proyectos, realizar presentaciones o mostrar productos, parece en estos momentos un futuro más probable que el hecho de que pasemos nuestra jornada laboral inmersos en un mundo virtual «plagado» de escritorios y aplicaciones.
En cualquier caso los analistas coinciden en señalar que tanto realidad virtual como mixta van a acabar llamando a la puerta de las empresas a medio plazo. Puede que de momento no se haya definido claramente el espacio que ocuparán en la estructura IT de las organizacones, pero parece casi seguro que encontrarán su propio lugar.