El teletrabajo en crisis. Al menos en IBM, donde se está «animando» a todos sus teletrabajadores (de momento solo en Estados Unidos) a reincorporarse a sus respectivas oficinas. ¿La alternativa? El despido.
Para muchos, ha sido todo un shock. Sobre todo porque la multinacional americana ha abanderado durante muchos años las bondades del trabajo a distancia y las virtudes de quedarse en casa, antes de pasar por la oficina a «calentar la silla».
Sin embargo también para IBM, los tiempos cambian. Tras 20 trimestres consecutivos de caída, la compañía ha llegado a la conclusión que la forma más productiva de colaborar e innovar es compartiendo oficinas y que su apuesta por el teletrabajo ha fracasado.
Hasta hace no demasiado tiempo, más del 40% de los empleados de la compañía desarrollaban su jornada laboral en escenarios flexibles, adoptando mayor o menor grado de teletrabajo. Por lo que para una empresa que cuenta con más de 380.000 empleados en todo el mundo, el cambio que se plantea ahora no es precisamente baladí.
El movimiento de IBM hay que considerarlo como un síntoma de algo más. Aunque tal vez sea el caso más llamativo, no es la primera vez que una gran empresa se plantea dar marcha atrás en su política de trabajo en remoto. Yahoo! en 2013 también obligó a sus trabajadores «domésticos» a reincorporarse a sus oficinas más cercanas.
Las nuevas formas de trabajar, los espacios abiertos, el uso de nuevas tecnologías, etc. surgieren que se es más ágil y creativo cuando se comparte el mismo espacio físico y que es más difícil innovar cuando cada miembro de un mismo equipo se encuentran separados por kilómetros de distancia.