La Unión Europea ha decidido liberalizar el camino de las pequeñas y medianas empresas hacia las fuentes de financiación de sus operaciones. Esta iniciativa constituye uno de los pasos hacia el mercado de capitales único y supondrá la eliminación de trámites burocráticos en operaciones de financiación en importes máximos de hasta un millón de euros.
La activación de esta medida va a constituir un impulso a este sector empresarial, en un momento en que Europa está abandonando la situación de estancamiento en la que estuvo inmersa en los últimos años. El cada vez más próximo cerrojazo a la política de dinero barato por parte del Banco Central Europeo, que se espera de forma oficiosa para el próximo año, constituye una prueba inequívoca de ello.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) constituyen el motor de este nuevo despertar económico. En España, la actividad de estas empresas es aún mayor que en Europa. El mimo con el que los bancos están tratando a estas sociedades constituye una prueba palpable de la potencialidad de este sector empresarial.
La financiación pura bancaria a las medianas empresas registró en junio un crecimiento de nada menos que el 10,23% respecto al mismo mes de 2015, según los últimos datos del Banco de España. El dato se refiere a operaciones de préstamo por importes comprendidos entre los 250.000 y el millón de euros, el segmento que pretende potenciar Europa con esas medidas destinadas a engrasar el engranaje de las operaciones de emisión. Los préstamos ascendieron a 4.070 millones en junio de este año, frente a los 3.692 millones del mismo mes del año pasado.
En el caso de las pequeñas empresas en junio de este año los bancos han concedido préstamos por 12.813 millones, frente a los 11.556 millones del mismo mes del ejercicio anterior, lo que supone un incremento del 10,87% en tasa interanual.
El mercado único de capitales no va a exigir la elaboración de folletos de emisión para operaciones de financiación mediante títulos para montantes hasta el millón de euros. Esta eliminación de trabas se amplía incluso a las operaciones de crowfunding por esos mismos importes.
Esta nueva normativa contempla la elaboración de lo que se denomina un folleto continuo de emisión que se utilizará cada vez que se produzca una nueva apelación monetaria a los inversores, sin necesidad de tener que elaborar uno nuevo, lo que supone un farragoso proceso en el que intervienen equipos jurídicos, administrativos, solicitudes a los reguladores, espera de contestaciones… El nuevo escenario agilizará la captación de fondos.
El objetivo de esta nueva norma, que se plasma a través de un reglamento, es ayudar a las empresas a explotar las diferentes fuentes de capital en todo el área de la Unión Europea. Esto contribuirá al establecimiento de un mejor entorno para mejorar el funcionamiento del mercado interior.
El objertivo principal de la liberalización de la burocracia en estas emisiones es ayudar a las empresas a explotar las diferentes fuentes de capital existentes en toda la Unión Europea, lo que contribuirá a estimular un mejor funcionamiento del mercado de capitales único.
Menor dependencia
Al reducir la dependencia de la financiación bancaria y al variar las fuentes de financiación de capital para las empresas, en particular las pymes, el reglamento ofrece a los inversores más opciones para colocar su dinero y una garantía a esas inversiones. Este régimen regulador más liviano y el más fácil acceso a la financiación buscan una mayor eficiencia del mercado.
Entre los cambios anunciados por esta regulación se encuentra que las apelaciones al mercado a través de crowfunding hasta un millón de euros no necesitarán emitir un folleto para cada colocación de bonos, lo que supone multiplicar por diez el anterior límite de 100.000 euros.
En las ofertas de valores en los que el valor nominal de los valores sea al menos de 100.000 euros no habrá obligación de registrar ningún folleto de emisión ante los organismos bursátiles.