Nuestro smartphone se ha convertido en una fuente constante de interrupciones. Un estudio publicado por Deloitte en 2016 determinó en este sentido, que el adulto medio consulta información en su teléfono móvil nada menos que 47 veces al día, mientras que los integrantes de la generación millenial podían llegar a desbloquear su terminal más de 80 veces cada 24 horas.
Con estos datos no sorprenden tampoco estudios que afirman que el 60% de los directivos españoles no pueden desconectar en vacaciones, mientras que del lado de los trabajadores, otros informes indiquen que un 62% de una o de otra forma, se mantienen conectados a su trabajo durante su periodo vacacional.
En gran medida, la dependencia de un smartphone que nos impide desconectar plenamente de nuestro trabajo y disfrutar de nuestras vacaciones, encuentra su molesto origen en unas notificaciones que reclaman nuestra atención cada cinco minutos. Y no sólo es el correo electrónico que nos envían desde la oficina. Son también las notificaciones de redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, juegos, apps de comercio electrónico, etc. las que constantemente nos suplican que les prestemos atención.
Y son insistentes. En 2013 Apple anunciaba que son servidores habían servido nada menos que 7,4 billones de notificaciones push en todo el mundo. Si tenemos en cuenta que la cifra únicamente refleja lo que ocurre en dispositivos como el iPhone o el iPad, ¿os imagináis de que número estaríamos hablando si sumamos a este cocktail el resto de sistemas operativos móviles?
En MuyPymes somos de la opinión de que como afirman en Wired, no puede existir un descanso real, esa tan necesaria «desintoxicación digital» que de vez en cuando nos merecemos, a menos que no silenciemos durante nuestro tiempo de descanso todas esas interrupciones que nos gritan desde las 5 ó 6 pulgadas de nuestro terminal.
Guía para decirle adiós a las notificaciones en verano
Una de las formas más sencillas de no sufrir este problema durante nuestras semanas de descanso, es no tenerlo en absoluto. Dar un paso «radical» dejar nuestro smartphone en casa y llevarnos de veraneo un teléfono móvil «tonto» en el que estar localizables si realmente nos necesitan. ¿Os acordáis de ese Nokia 3310 que acaba de resucitar de sus cenizas? Puede ser vuestro por poco menos de 60 euros.
Pero si esta fórmula os parece demasiado porque al fin y al cabo, el smartphone también puede ser una herramienta útil para viajar, silenciar todas esas notificaciones molestas es muy sencillo.
- En Android: al recibir una notificación, basta pulsar unos segundos sobre la misma y seleccionar la opción «Bloquear todas las notificaciones». Deberemos realizar la misma operación para cada App que nos moleste. Si queremos hacerlo para varias aplicaciones de forma simultánea entraremos en «Ajustes – Notificaciones» y desde este menú podremos determinar qué aplicaciones queremos que nos notifique y cuáles no, además de poder cambiar los ajustes más adelante.
- En iOS: De forma muy similar a Android, en iOS podremos determinar qué aplicaciones queremos que nos envíen notificaciones desde «Ajustes – Notificaciones».
Además en ambos casos podemos utilizar la función «No molestar» que silenciará las notificaciones de nuestro terminal durante el tiempo que le indiquemos. Si realmente necesitamos volver a conectar con nuestro trabajo o nuestra vida digital, lo más interesante es reservar un horario fijo cada día (por ejemplo a primera hora de la mañana) para por ejemplo, revisar nuestro correo electrónico. No es lo ideal, pero desde luego es mucho mejor que sufrir interrupciones constantes mientras paseamos por ese paraje de ensueño o descansamos en la playa.
Si conseguimos superar la prueba, tal vez tengamos suerte y hayamos conseguido crear un hábito. De esta forma puede que cuando volvamos a nuestra rutina habitual, nos demos cuenta que seguimos sin necesitar esa «vida notificada» y que podemos conseguir que sea el smartphone el que dependa de nosotros y no nosotros del smartphone.
