A pesar de la mejora en la situación económica, la morosidad continúa como la principal amenaza para las pequeñas y medianas empresas (pymes). Un estudio de la Federación de Trabajadores Autónomos (ATA) revela que el retraso en el pago de las facturas por parte de empresas públicas o privadas podría haber sido la causa del abandono de la actividad de hasta 25.000 autónomos en el primer semestre del año. En los últimos diez ejercicios, el estudio concluye que hasta medio millón de empresas podrían haber visto truncar su actividad por este motivo.
El informe de ATA asegura que el periodo de abono de las facturas es muy superior en la práctica al máximo que ha establecido la ley, que es de 30 días para las empresas públicas y de 60 días para las privadas. El tiempo medio que tarda la administración en pagar sus facturas es de 61 días, mientras que el de la empresa privada es de 71 días.
El estudio indica que las grandes empresas, aquellas cuya plantilla supera los 250 trabajadores tardan de media nada menos que 114 días para abonar sus facturas y las que superan los mil trabajadores se demoraron una media de cuatro meses. Las sociedades con menos de 250 trabajadores tardan una media de 68 días en pagar.
El retraso en el pago de facturas contribuyó a profundizar la última crisis, ya que la falta de pago hizo caer empresas como si de un dominó se tratara. El Gobierno del Partido Popular lanzó un plan de proveedores para facilitar el pago de sus deudas, con el objetivo de insuflar liquidez a las empresas.