Llega el verano y los miras con envidia. Una decena de yates amarrados en el puerto, desde los que sus ocupantes disfrutan del sol, buena compañía y una aparente «felicidad mediterránea», propia de los que viven una existencia tan despreocupada, que pueden permitirse invertir cada año miles de euros en el mantenimiento de su barco.
¿No te gustaría formar parte de esa élite? No para siempre, es obvio, tú no tienes dinero para eso. Pero tal vez durante unos días… una semana…¿por qué no? Tu propio barco. Esto es precisamente lo que nos proponen los chicos de SamBoat, una startup que aplica los principios del consumo colaborativo al alquiler de barcos, haciéndolo accesible para casi todo el mundo.
Entre la flota disponible de SamBoat encontramos desde lanchas motoras, a yates o veleros de amplia eslora. Y los precios son para todos los bolsillos. Desde 34 euros diarios para la embarcación más básica hasta los 4.000 euros al día que cuestan algunas de las joyas de su corona.
Gracias a esta oferta, la startup por un lado permite que casi cualquier particular pueda darse ese lujo de vivir una auténtica experiencia naútica y por otro, ayuda a los propietarios de los barcos a rentabilizar unas embarcaciones que no suelen utilizarse durante más de una o dos semanas al año.
SamBoat lleva tres años operando con éxito en Francia y tras haber superado con éxito una ronda de un millón de euros se estrena en Grecia, Italia y España. Tal y como ha explicado Laurent Calando, uno de los fundadores de la compañía, el turismo naútico va a más y es que “con más de 7.880 kilómetros de costa y más de 220.000 embarcaciones de recreo registradas, el turismo náutico aporta más de dos millones de turistas cada año«