El sector turístico español busca un cambio en mix de viajeros que acude a nuestra geografía a pasar unas vacaciones. Su objetivo es atraer a nuestra geografía un tipo de visitante diferente al de sol y playa. Un turismo de mayor capacidad adquisitiva que centre su interés en la España monumental, los negocios o el conocimiento de las ciudades. Se calcula que este tipo de turismo podría atraer a 25 millones de personas con este perfil podrían visitar España cada año, con una facturación cercana a los 80.000 millones de euros.
El número de turistas que visitarán España este año se va a disparar hasta los 80 millones de ciudadanos, gracias a la tensión en el área del Mediterráneo Oriental, que ha perjudicado a países como Turquía, Egipto o Túnez. Pero a pesar de estas buenas expectativas, el gran reto del sector es captar a un turista de mayor poder adquisitivo. Según un estudio de la consultora Ernst & Young, el gasto medio por día de los extranjeros que nos visitan apenas llega a los 38 euros, mientras que en países competidores como Francia o el Reino Unido, casi se duplica, al llegar hasta los 65 y 69 euros, respectivamente.
El Gobierno ya ha manifestado su intención de atraer un turismo de mayor capacidad adquisitiva con una mayor propensión al consumo y que busque otro producto diferente al sol, la playa y la fiesta. La Secretaría de Estado de Turismo ha identificado bolsas de turistas que responden a este perfil en Europa. Cinco millones serían alemanes, más de seis millones de británicos, casi cinco millones de franceses y prácticamente siete millones de italianos. Completan este público objetivo los turistas suecos y holandeses.
A esta cifra habría que sumar los casi quince millones de turistas estadounidenses con este perfil de alta capacidad adquisitiva y que tiene como objetivo la visita de zonas culturales como Toledo, Granada, Barcelona o el Madrid de los Austrias. Un turista alejado del bocata y la litrona que el Gobierno pretende contener. Turismo ha avanzado que estudia medidas para frenar la concentración en determinados destinos.
Las alarmas se han encendido en Moncloa a la vista de un dato alarmante: el gasto por turista lleva estancado durante toda esta década. El pasado ejercicio apenas superó los mil euros por turista. Además, la masificación del turismo de playa supone un duro revés para la imagen de nuestro país como destino turístico. No hay que olvidar el efecto negativo de la difusión en redes sociales de imágenes como la basura en playas, las macrofiestas de borrachera y desmanes de todo tipo en determinados destinos turísticos o simplemente prácticas gamberras como el balconing.
El turismo es un sector con fuerte presencia de las pequeñas y medianas empresas (pymes). El modelo de sol y playa se encuentra plagado de este tipo de sociedades en ámbitos como la restauración, el comercio, las agencias de viaje o incluso los establecimientos de alojamiento turístico. El turismo supone casi el 12% de la producción de la economía española cada año.