Un simbólico euro. Es lo que acaba de pagar el Banco Santander para hacerse con un moribundo Banco Popular sobre el cual ya planeaba la sombra de un nuevo rescate bancario a la Bankia.
Para hacer posible la operación, la entidad que dirige Ana Patricia Botín ampliará capital por aproximadamente 7.000 millones de euros que cubrirá capital y las provisiones requeridas para reforzar el balance de la entidad presidida por Emilio Saracho, cuya cotización ha sido suspendida.
El Santander ha realizado dicha operación como resultado de un proceso competitivo de venta organizado en el marco de un esquema de resolución adoptado por la junta única de resolución y ejecutado por el FROB, según ha explicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
«Como parte de la ejecución del mencionado dispositivo de resolución se ha producido la amortización íntegra de la totalidad de las acciones de Banco Popular en circulación al cierre de ayer y de las acciones resultantes de la conversión de los instrumentos de capital regulatorio Additional Tier 1 emitidos por Popular y la conversión de la totalidad de los instrumentos de capital regulatorio Tier 2 emitidos por Popular en acciones de la entidad de nueva emisión, todas las cuales han sido adquiridas por Banco Santander por un precio de un euro», ha explicado la entidad presidida por Ana Botín.
El objetivo de esta venta, según ha señalado el FROB en un comunicado, es atajar los problemas derivados de la inviabilidad de Banco Popular, garantizar la continuidad de las actividades desarrolladas por la entidad y proteger a los depositantes de Banco Popular. De esta forma, se garantiza «la completa seguridad» de los depositantes de Banco Popular y la continuidad ordinaria de sus operaciones que con carácter inmediato pasan a formar parte de Banco Santander.
La compra se produce después de que el BCE haya determinado que Banco Popular Español estaba en riesgo de caída por el «deterioro significativo» de su liquidez en los últimos días. De este modo, considera que la entidad, en un futuro próximo, habría sido incapaz de afrontar sus deudas y otros pasivos a medida que se acercara su vencimiento.