La inflación aprieta, pero no ahoga. Una de las amenazas con las que se inició el año para las pequeñas y medianas empresas (pymes) ha aflojado su capacidad destructiva conforme avanza el ejercicio. En el mes de marzo, el índice de precios al consumo bajó hasta el 2,3% en tasa interanual, gracias al descenso en los precios de la luz y de las gasolinas. El descenso se ha ratificado en Europa, donde el gobernador del Banco Central Europeo, ha confirmado que los tipos de interés van a mantenerse bajos durante un periodo de tiempo “extenso”.
Las pymes temblaron a comienzos del año, cuando la inflación se disparó hasta la zona del 3% desde tasas negativas en las que se había mantenido durante muchos meses. El incremento de los precios siempre constituye un mal fario para las empresas, porque una elevación generalizada del coste de productos y servicios reduce la renta disponible de las familias y disminuye la posibilidad del gasto en todo lo que no sea bienes de primera necesidad.
Existe una segunda derivada en el incremento de los precios y es la necesidad de los bancos centrales para controlar los precios mediante el manejo de los tipos de interés al alza. La subida de la inflación coincidió además, con la elevación de los tipos de interés en Estados Unidos.
Por fortuna, los precios en Europa han proporcionado también un respiro y Eurostat, la agencia estadística europea, ha anunciado que el menor crecimiento de los precios de la energía ha conducido a una moderación de los precios en Europa en marzo.
Tipos bajos garantizados
El BCE ratifica que los tipos de interés continuarán bajos por un periodo de tiempo extenso
La agencia indica que una desaceleración mayor de lo esperado en los precios en Alemania y España ha llevado la inflación europea hacia la zona del 1,5%, lo que supone un descenso apreciable desde el 2% de febrero. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi ha indicado que “los tipos de interés seguirán en el nivel actual o más bajos durante un periodo de tiempo extenso y bien pasado el horizonte de las compras de deuda”.
El BCE ha conducido el precio del dinero hacia zona negativa, con el objetivo de que los bancos se decidan a prestar dinero, al resultarles mucho más caro conservarlo en sus arcas o dejarlo en depósito en la autoridad monetaria europea, que ahora cobra por los depósitos de los bancos comerciales. El BCE inició también un programa de compra de deuda con el objetivo de inyectar dinero en el circuito monetario europeo y provocar un exceso de fondos y una caída de tipos que invitará a prestar ese dinero.
Una subida de la, inflación prolongada podría haber llevado tarde o temprano a un replanteamiento de la política crediticia del BCE, lo que habría constituido una nueva losa para las pequeñas y medianas empresas, cuya financiación no está resultando un camino de rosas.
Objetivo y previsiones
La previsión media de 14 empresas y organismos es que los precios subirán el 2,3% este ejercicio
La principal misión del BCE en política monetaria es el control de la inflación hacia una zona en el entorno del 2%, un objetivo que en estos momentos se encuentra garantizado y no hace temer por un cambio en la política monetaria, al menos a corto plazo.
Según la prestigiosa Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas, la inflación prevista para este año se encuentra en una media del 2,3% de datos de 14 empresas y organismos, con una variación de la muestra entre el 2,6% máximo de CaixaBank y un mínimo de 1,9% de Intermoney.