Microsoft y Linux mantienen desde sus inicios una relación «complicada». Durante mucho tiempo y especialmente bajo el mandato de Steve Ballmer como CEO de Microsoft, los usuarios de Linux han sido no sólo completamente ignorados por la multinacional americana, sino que a menudo han sido tildados de «insensatos» por preferir un sistema operativo Open Source, frente a la propuesta propietaria de Microsoft.
La llegada de Satya Nadella como nuevo CEO parecía sin embargo querer lanzar un mensaje de «fin de las hostilidades». De hecho desde que Nadella se encuentra al cargo de Microsoft, la compañía se ha esforzado por colaborar con empresas como Canonical (Ubuntu) o Suse y ha portado algunas de sus aplicaciones más populares al sistema operativo del pingüino, como son SQL Server o Visual Code Studio.
El esfuerzo de Microsoft para con los amantes de Linux se ha limitado sin embargo al ámbito de servidores y programación. Y de hecho de momento no se espera que Office 365 pueda aterrizar algún día en Linux, como si lo ha hecho en otras plataformas como Mac OS. Y aunque esto es algo con lo que ya contaban los usuarios de distribuciones como Ubuntu, Linux Mint o Gentoo, lo que seguramente no esperaban es que Microsoft deliberadamente entorpeciese su uso de servicios on-line como OneDrive.
Esto es al menos lo que están denunciando cada vez más usuarios, quienes según recoge una información de «The Register», apenas si pueden utilizar la versión web de OneDrive cuando intentan acceder con una distribución Linux o Chrome OS, mientras que si intentan hacer lo propio desde Windows o Mac no experimentan ningún problema.
Un contraargumento sencillo consistiría en afirmar que en realidad es Linux el sistema operativo que tiene problemas a la hora de acceder a esta WebApp y no que por un motivo retorcido, Microsoft quiera penalizar a estos usuarios.
Y podría ser así si los denunciantes no hubiesen afirmado que al cambiar el «user-agent» de su navegador, indicando que estaban accediendo con Internet Explorer (y no con Google Chrome para Linux por ejemplo), OneDrive por arte de magia no hubiese empezado a funcionar con total normalidad.
Siendo generosos podríamos concluir que en realidad no hay malicia y que podemos atribuir este problema a un simple «error humano». Y sin embargo sospechamos que esta no es la explicación que más va a convencer a los usuarios de Linux. ¿Qué pensáis vosotros?