Anoten este nombre: Evan Spiegel. Un hombre que a los 26 años dispone, nada menos, que de una fortuna calculada en 5.000 millones de dólares. Y la ha obtenido casi sin depeinarse, como si se tratara de un buen buen jugador de póker.
Junto a otros dos compañeros de universidad ideó una gran aplicación para móviles, evitó la tentación de vendérsela al todopoderoso Mark Zuckerberg cuando éste le hizo una oferta, y finalmente la ha colocado en bolsa en lo que se ha convertido en la mayor salida al mercado de valores de la historia.
Spiegel es el dueño de Snap, la sociedad propietaria de Snapchat, la aplicación de móviles y red social que se caracteriza porque sus usuarios comparten fotografías que se mantienen en la red durante sólo 24 horas.
Como buena parte de los milmillonarios tecnológicos de nuevo cuño, Spiegel estudió en la Universidad de Stanford. Con el título de Diseño de Producto bajo el brazo, se asoció con Reggie Brown y Bobby Murphy para crear una aplicación rompedora llamada Pikaboo (de peek-a-boo, que equivale al “cu-cú” que se dice a los niños tapándose la cara, para luego destaparla a la voz de “tás-tás”).
La denominación de Pikaboo lo dice todo. Los tres compañeros de la fraterniadad Kappa Sigma de Stanford crearon esta red social donde los mensajes se borraban al cabo de unos segundos, al estilo de los de la serie de televisión Misión Imposible.
Pikaboo se convirtió en un rotundo fracaso, lo que no impidió que los tres socios mantuvieran su apuesta hasta crear Snapchat. Reggie Brown decidió salirse del proyecto, demanda incluida por la que cobró 157 millones de dólares.
El no a Zuckerberg
Fue entonces cuando apareció Mark Zuckerberg, el todopoderoso dueño de Facebook y cazagangas de todo lo que se moviera por el mundillo tecnológico. Ofreció por Snapchat nada menos que 3.000 millones de dólares, pero Evan Spiegel le dijo, ¡nada menos!, que se guardara su dinero.
El resto es historia. En este mismo mes de marzo, Spiegel ha colocado Snap Inc. en la Bolsa de Nueva York y sus acciones anotaron una subida fulgurante del 40%, lo que suponía valorar la empresa en la friolera de 24.000 millones de dólares, más de lo que la valen Facebook y Twitter juntas.
Sin cuartel general estable
La inteligencia de Spiegel para apostar por una idea y no dejarse seducir por el dinero fácil es directamente proporcional a la revolucionaria idea de concebir el modelo laboral.
Snapchat cuenta con 1.800 empleados, pero carece de una sede física. Dispone de varios locales y su propio consejero delegado Evan Spiegel tiene su cuartel de operaciones en un Range Rover que vale casi un millón de dólares.
A Spiegel no le falta de nada, porque hasta tiene una novia con la que comparte las portadas de las revistas del corazón, la mismísima modelo Miranda Kerr.