Tenía que pasar. Tras años de crecimiento imparable, el agua embotellada ha superado a los refrescos, como la bebida más vendida en Estados Unidos. Según Investopedia, en el último año cada americano se bebió una media de 151 litros de agua embotellada frente a los 145 litros de refrescos, sodas y bebidas azucaradas.
Lo curioso de este dato es que el estudio habla de un genérico «agua embotellada» y no de un más concreto «agua mineral». Es decir y como se reconoce en el mismo estudio, el grueso de estos 151 litros provienen de compañías como Coca-cola y Pepsico que básicamente lo que hacen es embotellar agua de grifo.
Esta realidad ha llevado a algunos expertos como John Jewell, periodista de «The Week» a publicar que el agua embotellada se ha convertido en el gran truco de marketing del siglo. Lo han conseguido. Las grandes empresas han conseguido «patentar»una commodity que en el mundo desarrollado prácticamente no cuesta nada.
Porque si bien entre los consumidores ha calado la idea de que las bebidas azucaradas son el mal, en realidad ese agua embotellada que inunda ahora el mercado no es una competencia directa de esas bebidas, sino ojo al dato, del agua que cualquiera puede obtener del grifo de casa de forma prácticamente gratuita. La estrategia es sin duda brillante: ¿por qué ofrecer agua mineral cuando parece demostrado que casi nadie nota la diferencia?
Por si fuera poco, empresas como Pepsi están lanzando nuevas líneas de agua embotellada «Premium», que bajo nombres exóticos como «LIFEWTR» y packaging de diseño esconden una vez más (redoble de tambores) ¡agua de grifo!