Así lo apunta un estudio publicado por Asempleo, la patronal de las empresas de trabajo temporal y agencias de empleo. Teniendo en cuenta de quiénes proceden estos datos habrá que tenerlos en cuenta: los datos con los que trabajan recogen que el 68% de los trabajadores menores de 25 años está desempeñando un empleo para el cual tiene una formación superior a la requerida. Esto se da especialmente en la hostelería y el comercio, dos de se los sectores donde más están recalando estos jóvenes.
Solo un 9,5% consideran que no tiene la suficiente formación para ocupar un determinado puesto de trabajo y un 22,5% está cualificado en función de las necesidades y características de la vacante en cuestión. Son apuntes “muy serios”, opina Andreu Cruañas, presidente de Asempleo, pues revelan que “tenemos una generación de jóvenes muy preparados, los mejor cualificados de la historia, y el mercado laboral no puede desperdiciar este valioso recurso que estamos dejando escapar”. Esta sobrecualificación afecta especialmente a los mayores de 55 años, y concretamente a las mujeres y el sector servicios, seguido de las manufacturas y el transporte.
Asempleo explica que el número de profesionales sobre cualificados se ha disparado más de un 12% en tres años, entre 2013 y 2016, y la sobrecualificación afecta al 53,3% de los ocupados. Es muy frecuente entre quienes han estudiado ingeniería, derecho o arquitectura, entre otras carrras.
El perfil del profesional que está más cualificado que lo que demanda su desempeño profesional es el siguiente: mujer joven menor de 25 años que está trabajando en el sector servicios, en el transporte o la industria y tiene un contrato profesional. Este esbozo contrasta y choca de manera absoluta con el perfil del trabajador cualificado, que responde a un varón de 55 años que opera en la construcción y los servicios profesionales y tiene contrato temporal.
Por comunidades autónomas, este estudio revela que Madrid es la ciudad con mayor número de personas sobrecualificadas en sus empleos. En el lado opuesto están Baleares y Comunidad Valenciana. ¿Por dónde pasan las soluciones? Cruañas considera fundamental que se “reformulen las políticas activas de empleo, tanto públicas como privadas”. Añade que la orientación profesional debería ser “permanente, para que puedan reconducir sus carreras profesionales”, y esta debería ir acompañada con una intermediación laboral más ágil. Desde Asempleo dicen que entre los problemas está el desconocimiento de las vacantes, pues hay puestos de trabajo que no llegan a cubrirse. Estos están muy vinculados con las destrezas informáticas y las nuevas tecnologías.