Que levante la mano quien no se ha puesto de los nervios cuando en los últimos días del mes se ha encontrado con que ha agotado sus gigas de conexión y cada mensaje, foto o vídeo tarda siglos en descargarse/enviarse. Yo me incluyo la primera, ¿eh? Pues bien, sobre ese estrés internauta que nos crea el retraso en poder bajarnos material audiovisual de la red nos habla un proyecto de investigación desarrollado por Ericsson y Vodafone Alemania. ¿El problema? Dicen que son las “altas expectativas” que tenemos hoy en día sobre el tiempo que tardamos en poder consumir cualquier tipo de contenido desde el smartphone.
Los resultados apuntan que es notable la tensión y el estrés que nos provocan las tardanzas en las transferencias de datos y eso al final influye de manera negativa en la fidelidad de los usuarios hacia la compañía prestataria de sus servicios. En total apuntan que el 72% de los nativos digitales de móviles inteligentes en Alemania pierden interés en ver un material si han de invertir más de cuatro segundos en que el mismo esté ya disponible. Bueno, y si lo que estamos haciendo es subir un selfie bien sonriente a Facebook el umbral es aún más bajo, ¡dos segundos y cunde el pánico!
Los menos tolerantes a estas situaciones son las personas más jóvenes, aquellos de entre 18 y 24 años llegan a estresarse hasta un 38% más que los mayores de 35. “Este informe demuestra lo rcpido que se frustran los internaras de smartphones cuando una red de banda ancha no está funcionando de modo óptimo. Un retraso de apenas un segundo al descargar o subir contenido tiene un impacto negativo significativo en la experiencia del usuario, de manera que los servicios de streaming tienen que hacer todo para evitar que el contenido se ralentice o se detenga”, comenta Guido Weibrich, director de rendimiento de red de Vodafone en el país germano.
Este tipo de estudios son importantes para que las empresas puedan conocer los sentimientos y necesidades de los usuarios. Es fundamental que conozcan qué esperan del servicio que se les suministra y cómo impacta en su día a día, en sus vidas.
Para poder realizarlo se utilizó la electroencefalografía (EEG) con 150 voluntarios en Dosseldorf. Se les solicitó que completaran 13 tareas concretas en 10 minutos usando un móvil. Debían navegar por internet, ver víaeos en streaming y subir selfies, entre otras tareas.