Así se desprende del Estudio de Preparación para la Jubilación 2016 que ha realizado Aegon. Según el mismo, dos de cada tres autónomos españoles confían “poco o nada” en poder mantener su tren de vida cuando llegue el momento de dejar de trabajar. Solo el 21% considera estar “algo seguro” de poder retirarse con tranquilidad y sin temor a cómo se mantendrán cuando formen parte del colectivo de jubilados de nuestro país. El 12% dice que sí espera llevar un estilo de vida similar y el 3% no sabe, ni sí ni no. Se manifiestan dudosos al respecto.
Esta inseguridad parece estar condicionada en relación al nivel de ingresos que consideran que tendrán entonces: el 30% dice que serán similares a los de ahora y el 36% creo que estarán por debajo del 60% de su facturación actual. El 12% sí cree que recibirán más dinero que el que les llega en estos momentos. “Los trabajadores por cuenta propia tienen unas expectativas no demasiado halagüeñas para su jubilación”, apuntan en Aegon. La pensión media de estos es sensiblemente menor que la de los empleados por cuenta ajena.
Esta preocupación no se corresponde con el nivel de ahorro.El 19% señala que no está ahorrando nada para el futuro y la mitad parece ser que sí lo hace de manera habitual. “Este es uno de los colectivos más vulnerables al planificar la jubilación, pues es habitual que coticen por la base mínima. Valorando esta realidad es muy preocupante que exista un porcentaje tan alto que reconozca no ahorra nada”, ha destacado Jaime Kirkpatrick, consejero delegado de Aegon España.
Los profesionales por cuenta propia parecen contemplar en determinados casos una especie de plan B, un “plan alternativo”, que puede ser tener ayuda del cónyuge, la pensión del Gobierno o alguna herencia. Además, Aegon considera que uno de cada tres autónomos ya se plantea una jubilación flexible para compatibilizar la pensión con una trabajo a tiempo parcial.