Aún no es algo definitivo pero sí una intención en firme de Barcelona en Común y PSC. El pasado viernes el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos consiguió salir adelante con la idea de “acabar con la barra libre que actúa sin control en la ciudad”, según Janet Sanz, actual teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y movilidad. ¿Qué supone esta propuesta?
- La ciudad se dividirá en cuatro zonas: la primera –de crecimiento– aglutina la mitad de las plazas hoteleras en Barcelona, formada por Ciutat Vella, parte del Eixamble, Poblenou, Vila Olímpica, Sant Atoni, Pobre Sec y Hostafrancs; la segunda –de congelación; la tercera y la cuarta, la periferia.
- En la llamada ‘área de crecimiento’, el centro, estará prohibido abrir establecimientos turísticos aunque se cierren otros. Tampoco se podrán ampliar los ya existentes.
- En la zona de congelación solo podrán inaugurarse más locales siempre y cuando se cierren algunos de los existentes.
- En las regiones tres y cuatro se contempla un incremento limitado de la oferta de camas.
No han tardado en manifestarse actores implicados en la industria hotelera y turística en la capital catalana. Muchos consideran que esta normativa va a tener un efecto negativo en la urbe a medio y largo plazo, aunque es algo que en mayor o menor medida se esperaban. Los grupos políticos llevan un tiempo reiterando la necesidad de regular la actividad turística en la ciudad y es así como se ha llegado a esto.
El PEUAT deja en stand by numerosos proyectos hoteleros que iba a suponer una inversión importante en Barcelona y que probablemente generaría numerosos puestos de trabajo. Esta normativa ha supuesto la caída de proyectos de grandes firmas, como Hyatt y Four Seasons, por ejemplo.
Otra de las claves es el plan de choque contra la oferta ilegal de pisos turísticos. Se va duplicar el número de inspectores con objeto de luchar contra este tipo de plazas de alojamiento al margen de la ley.