¿Qué tendencias se han impuesto en el último año en el mundo freelance? ¿Qué perfil tienen este tipo de trabajadores y qué esperan de este 2017? Es lo que se ha preguntado LinkedIn en su estudio «The Freelance Economy», un trabajo que refleja una vez más que campos como marketing, consultoría, programación, diseño o coaching, son las que más demandan de este tipo de profesionales independientes.
Como en otros sectores, el mundo del freelancing también muestra cierta brecha generacional. En este sentido el estudio refleja que mientras los freelancers más jóvenes confían principalmente en sus habilidades y el uso de nuevas tecnologías, en el caso de los profesionales mas veteranos, la experiencia adquirida a lo largo de los años y sobre todo su red de contactos, son las bases fundamentales de su trabajo.
De forma similar, si entre los más jóvenes destacan profesiones como creación y edición de textos, fotografía o diseño, entre los profesionales senior, se posicionan con más facilidad profesiones como el coaching, la asesoría empresarial o el marketing.
En cuanto al perfil del freelancer medio, LinkedIn destaca la presencia de hombres (61%) en este colectivo. Además y en el caso de países como Estados Unidos, la red social señala que según se va acercando su edad de jubilación, muchos profesionales deciden dar el salto al mundo del freelancing, ofreciendo sus servicios (en áreas como la consultoría) sin el paraguas de su empresa y en ocasiones como alternativa a la propia jubilación. En este segmento la «masculinización» del mundo freelance es aún más acusada, llegando a dos tercios del total.
Si atendemos a las vías de ingresos, llama la atención el hecho de únicamente la mitad de la comunidad freelance asegure que el 100% de sus ingresos provengan de esta actividad. Es decir, la otra mitad acepta proyectos que compaginan con tu trabajo asalariado habitual, esperando en algún momento poder «independizarse» por completo. A su vez, se destaca que la inmensa mayoría de estos profesionales eligen cobrar por proyectos, antes que calcular el número de horas que les lleva completarlos y facturar en consecuencia.
Esto que sobre el papel da más libertad al freelance, por otra también le resta capacidad de negociación frente a sus clientes, que bajo este modelo tienden a exigir más de lo que en principio se ha pactado.
Por último el informe recomienda a estos profesionales a que en la medida de lo posible, accedan a certificaciones oficiales en su campo de especialización. No sólo porque de esta forma cimentaran sus habilidades, sino porque es la «forma más rápida» de poder cobrar más por los servicios prestados.