Nos encantan las listas. Sobre todo las de fin de año, cuando empleando un criterio absolutamente subjetivo y parcial podemos determinar quiénes creemos que han sido los «triunfadores» y los «perdedores» del año. A quién le han ido realmente bien las cosas y quién no ha tomado las mejores decisiones. Como no podía ser de otra forma, en MuyPymes también tenemos nuestro ranking. En esta ocasión hemos seleccionado seis startups que han acaparado buena parte de los titulares del año: unas para triunfar y otras que decididamente necesitan mejorar en 2017.
Entre las grandes ganadoras del año hemos seleccionado a Slack, Cabify y Geoblink. Entre las que debería aplicarse mejor en 2017, JobandTalent, Airbnb y Evernote.
Slack
Llevamos años hablando de la «muerte del correo electrónico» y si es verdad que no parece que sea algo que vaya a suceder a corto plazo, lo cierto es que al menos en el mundo corporativo, Slack ha sido sin duda la empresa que más esfuerzos ha hecho para conseguirlo. 2016 ha sido un año clave para la compañía fundada en 2009 por Stewart Butterfield.
El pasado mes de abril cerró una ronda de financiación de más de 200 millones de euros, que elevaron la valoración de la startup por encima de los 1.200 millones de dólares. Además 2016 ha sido el año con mayor crecimiento para la empresa. Los últimos datos que han trascendido afirman que en Slack confían ya más de 2,7 millones de usuarios, de los cuales 800.000 son de pago. Un año antes, la empresa contaba «únicamente» con 750.000 usuarios, de los cuales 200.000 abonaban la cuota por su servicio premium.
Cabify
Frente al dominio mundial de un gigante como Uber, Cabify ha conseguido mantener el liderazgo en España. El año que está a punto de finalizar se ha traducido en su expansión a nuevas ciudades, la incorporación de una flota de vehículos eléctricos y el cierre de una ronda de financiación de 106 millones de euros que le debe permitir crecer de forma sólida en los mercados latinoamericanos en los que ya tiene presencia.
Ha sido un año en el que ha conseguido «quitarse de encima» parte de la presión que ejercía sobre la empresa el gremio de los taxistas y tal vez más importante aún, ha sido el año en el que decir «voy a pedir un Cabify» no le suene a «chino» a prácticamente nadie.
Geoblink
Aplicar la inteligencia de negocio geoespacial a empresas que tienen los pies muy en la tierra. Geoblink, la startup fundada por Jaime Sánchez-Laulhé hace un año, se ha alzado con el Premio Emprendedor s.XXI, reconocimiento a la startup más puntera del sector tecnológico de 2016.
La idea de Geoblink es de lo más original y promete resultados muy interesantes aplicados en el día a día de cualquier negocio. Se trata de un software que recoge información interesante para profesionales de departamentos de expansión, comerciales y marketing. Recoge y trata datos geolocalizados y utiliza analítica avanzada que se puede adoptar en numerosas facetas de una compañía.
Geoblink está creciendo rápidamente y ha conseguido importantes apoyos que están impulsándola, como es el caso de formar parte de la aceleradora de Juan Roig, Lanzadera, o el haber conseguido 1,3 millones de euros por obra y gracia de un fondo de capital riesgo, Nauta Capital, y un grupo de inversores privados.
JobandTalent
Lo contamos hace unos días. JobandTalent ha pasado en poco tiempo de ser una de las startups de referencia para el ecosistema emprendedor español a convertirse en uno de los «patitos feos» en el mundo de las Apps de búsqueda de empleo.
2016 se cierra para la empresa que dirige Juan Urdiales con el despido de prácticamente la mitad de la plantilla, un modelo de negocio cuestionado y una competencia (JobToday, Cornerjob) que ha sabido atacar con más acierto el nicho de mercado que podía triunfar en el móvil.
Pese a que este año ha conseguido superar una espectacular ronda de financiación de 42 millones de euros, la poca rentabilidad de la compañía y el no poder crecer al ritmo que exigen los inversores, ha puesto a la startup en una situación límite. Tanto es así que 2017 puede convertirse en un «todo o nada» para la empresa.
Airbnb
Este ha sido para Airbnb un año complejo. Por un lado es cierto que nunca había conseguido «levantar» tanto dinero: 1.000 millones de dólares en junio y otros 550 millones de dólares en septiembre. Sin embargo de ser hasta hace dos años una startup «amable», en 2016 se ha convertido en el «enemigo número 1» para ciudades como Berlín, Nueva York, Amsterdam o Barcelona. Ciudades que se han cansado del «turismo low cost» con la que muchos identifican a la empresa y que cada vez más, han apostado por «apretarle las tuercas».
Todas ellas o bien han multado a la startup por ofrecer apartamentos turísticos ilegales, o bien han limitado seriamente la actividad de la empresa, imponiendo trabas burocráticas. En el caso de ciudades como Nueva York, prohíben que los pisos de Airbnb se alquilen vacíos, lo cual en la práctica afecta al grueso de su oferta.
Por otro lado el anuncio que ha hecho este mismo año de querer convertirse en una «agencia de viajes global» (como lo demuestra la adquisición de Trip4Real) ha conseguido que junto al sector hotelero, también el de las agencias de viajes empiece a mirar con recelo a la empresa.
Evernote
¿Quién te ha visto y quién te ve Evernote? La aplicación que hasta hace unos años era sinónimo de productividad y orgulloso unicornio de Silicon Valley, atraviesa una profunda crisis de identidad. La marcha de Phil Libin (fundador y CEO de la empresa) a finales de 2015, dejó a la startup «del elefante» huérfana de sus mejores ideas.
Tanto es así, que los fans de la marca bien podrían resumir este 2016 en dos palabras: decepción y tristeza. Han sido doce meses en los que se han cerrado líneas de negocio, se han descontinuado Apps, se ha limitado seriamente la actividad de los usuarios de la versión gratuita de la aplicación y se han subido los precios de las versiones premium sin ofrecer nada a cambio.
Por si esto no fuera suficiente, 2016 ha sido un año en el que Evernote ha estado envuelta en polémicas. La última, la contábamos la semana pasada, se traducía en un intento de cambiar las condiciones de uso de la aplicación que en la práctica, permitía a la empresa leer el contenido de nuestras notas.
