Ni un paso atrás. Es la filosofía en la que quiere inspirarse «Facebook Workplace», la plataforma para entornos de trabajo y empresas que puso en marcha la red social de Mark Zuckerberg el pasado mes de octubre. Abierta desde hace unas semanas a cualquier empresa del mundo que quiera darle una oportunidad, Facebook Workplace tiene el reto de convencer a los usuarios que junto al carácter social propio de Facebook, su plataforma puede ser una gran herramienta productiva.
Una herramienta que la acerque más a alternativas como Slack o a Microsoft Teams y la aleje de esa imagen puramente «casual» que tiene la Facebook original. Para conseguirlo, los responsables de Facebook At Work han anunciado esta semana que abrirán su plataforma a aplicaciones y APIs de terceros, de modo que sus usuarios puedan trabajar con integraciones de Salesforce, Google o Microsoft entre otros.
Sin embargo y a diferencia de sus competidores, Facebook Workplace no dispondrá en principio de un directorio de Apps que puedan instalarse de forma sencilla, sino que serán los responsables IT de cada empresa los que tendrán que integrar las aplicaciones que les interesen de forma casi manual.
De esta forma en Facebook esperan que cada empresa pueda crear una versión de Facebook Workplace única, adaptada a las necesidades reales de cada compañía y que huya de la «estandarización» que tal vez pueden verse en otros productos de la competencia.
Otra de las diferencias de Facebook Workplace es que de forma separada a su App de colaboración, también ofrece a los usuarios de empresa su Workchat, la adaptación corporativa de Fabebook Messenger. El siguiente movimiento lógico para la compañía podría ser integrar bots conversacionales en este Workchat que ayudase a los profesionales a ser más productivos, como de hecho ya ocurre en FB Messenger. De momento sin embargo, no han trascendido novedades al respecto.
