Este martes se ha dado luz verde en el Congreso a la proposición de ley de En Común Podem que recoge una subida del salario mínimo interprofesional: en cuatro años se pasará de los 655 euros mensuales a 950 euros, cifra que se alcanzará en el año 2020. Esta propuesta solo ha sido rechazada por el Partido Popular y sus socios y está despertando un debate importante en relación al sueldo mínimo de los españoles.
Y es que esta medida que plantean haría que en cuatro años el SMI subiera 295 euros, a razón de 73,75 euros al año. Para que las nóminas de los españoles hayan experimentado un incremento similar tuvieron que pasar 22 años –de 1994 a 2016–, de ahí que se trate de un tema que no está exento de polémica. El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha señalado que pese a darse una “mejora generalizada de la situación”, no todas las empresas están en las mismas condiciones, por lo que no deberían imponerse unas mejoras salariales homogéneas.
La cuestión está yendo más allá y no son pocos los expertos que apuntan a la pertinencia o no de que existan un sueldo mínimo en España. En la Unión Europea son solo seis los países que no lo contemplan así –Austria, Chipre, Dinamarca, Finlandia, Italia y Suecia– y dos de ellas presentan las tasas de desempleo más bajas del Viejo Continente –daneses y austriacos. Otro caso a tener en cuenta es el de Alemania, que cuenta con SMI desde enero de 2015 y en su primer año de funcionamiento se ha registrado una notable caída del empleo y la contratación a tiempo completo ha dejado paso a la parcialidad.
Como suele ocurrir, hay opiniones para todos los gustos. Hay quienes apuntan a que la subida de esa retribución ayuda a corregir la desigualdad generada en la crisis y animará al consumo y están los que señalan que no debería crecer más del 2%, que es el techo que ha establecido el Banco Central Europeo para la subida de precios de los productos. Un efecto colateral que podría darse de aplicarse la provisión de ley ya aprobada es que los trabajadores no afectados por la misma reclamen incrementos similares.
Brecha salaria en la vieja Europa
Esta medida recortaría distancias entre España y otros países europeos en lo que a salario mínimo se refiere. Reino Unido y Francia quedan a años luz, con 1.546 y 1.467 euros al mes respectiamente. En Grecia están con 684 euros mensuales y en el resto de Europa con cifras que están muy por debajo en la mayoría de los casos de las retribuciones laborales españolas.
Unidos Podemos quiere blindar en cierta medida estas subidas para que no se produzcan recortes en el futuro. La idea que persiguen es ir recortando la brecha existente entre nuestro países y los ‘privilegiados’ de la Unión Europea.
