En la redacción de Muy Pymes nos hemos hecho esta pregunta retórica al ver los datos recientes de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos. Según la ATA, el 44,8% de los autónomos no consigue llegar a los cinco años al frente de un negocio y un 34,3% no consigue cumplir ni tres. ¿Dónde está el problema? ¿Cuál es el fallo para que las empresas no consigan prosperar?
Reflexionamos en voz alta y ponemos sobre la palestra tres factores que son clave a la hora de conseguir que una idea pase de ser un sueño que toma forma a una realidad consolidada. Es obvio que no vamos a dar con el elixir de la eterna juventud ni con la fórmula secreta de la coca cola pero sí esperamos hacer pensar y, por qué no, avanzar a quienes están emprendiendo para dar menos pasos en falso.
- El concepto de negocio, la idea y la pertinencia –o no– de la misma. En muchas ocasiones nos dejamos llevar por la emoción, los nervios y la adrenalina que supone lanzarse a crear una empresa propia. Eso hace que olvidemos lo más importante, ¿sabemos realmente si el producto-servicio que vamos a ofrecer está siendo demandado por un público en concreto? Y ese target, ¿es realmente al que hemos de dirigirnos? Para todo ello es fundamental elaborar un plan de negocio que contemple la fase primera y fundamental de estudio del entorno y del nicho de mercado al que vamos a dirigirnos. Podemos tener algo genial que ofrecer pero no lo ofrecemos a quien realmente le interesa. Debe haber una sincronía absoluta entre lo que tenemos o queremos tener y a quien se lo vamos a presentar. ¿Están buscando aquello que les vamos a dar? En la respuesta está gran parte del futuro éxito –fracaso– del negocio.
- No dormirse en los laureles: si algo funciona, sigue trabajando para mejorarlo. Si vemos que la cosa no marcha según las previsiones de nuestro programa, estudia qué puede estar fallando. En ambos casos se va a ir hacia el éxito y consolidación de la marca. Cuando aquello que hemos lanzado está teniendo buena acogida no debemos nadar en la autocomplaciencia: hay que seguir exigiéndose al máximo para dar lo mejor de la empresa. Y si algo no marcha… ¿qué es lo que está obstaculizando el camino? De comprobar donde pueden estar los errores vendrán los futuros aciertos.
- Especialización y atención global. Puede que llegue a sonar algo contradictorio pero os explicamos a lo que nos referimos. Hoy en día, ante la existencia de multitud de ofertas posibles en cualquier sector en el que nos movamos, la especialización es una de las maneras de ir sobre seguro. Si optamos por ser menos ambiciosos y centrarnos en una comunidad en concreto hay más posibilidades de ganarnos el favor de ese público, pues suele contar con menos opciones entre las que elegir. Y en cuanto a la atención global, lo que queremos haceros llegar es la idea de que especialización no significa tener objetivos más pequeños o centrarnos solo en un aspecto concreto de la realidad, de las necesidades de los consumidores. Dentro del área en el que estemos operando, poco a poco podemos ir ofertando otros servicios o productos afines, complementarios, que serán muy bien recibidos por los clientes que ya nos conocen y que saben cómo trabajamos. Por ejemplo, si somos una tienda de ropa de bebés especializada en prendas delicadas aptas solo para infantes con ciertas alergias dermatológicas, tal vez podamos optar por ampliar el abanico a otro tipo de productos o complementos para estos, útiles para la higiene de esta ropa, alimentación específica para peques en desarrollo y con ciertas intolerancias, etc.