Wimdu y 9flats, dos de las plataformas de alquiler de apartamentos turísticos más populares, anuncian su fusión. El objetivo no es otro que consolidar una posición de fuerza frente a la todo poderosa Airbnb, que desde hace tiempo amenaza con quedarse con el trono europeo en la gestión y reserva de apartamentos.
La unión de ambas compañías cristaliza en la mayor empresa de alquiler de apartamentos entre particulares en Europa (así lo aseguran ambas partes), al gestionar una base de datos que supera el medio millón de propiedades. Los aspectos financieros del acuerdo no han transcendido, pero lo que parece evidente es que la unión de ambas compañías supone un síntoma más de que en la economía colaborativa también se dirige hacia un escenario con menos players.
Hace unos meses tuvimos la oportunidad de entrevistar precisamente al CEO de Wimdu, Arne Kahlke, que nos decía lo siguiente de la supuesta competencia desleal de la que normalmente se acusa a estas plataformas:
“Las administraciones locales deben integrar este nuevo modelo económico con el antiguo. La competencia entre los diferentes actores del mercado beneficiará a todos. En primer lugar, favorecerá a los clientes, que tendrán más libertad de elegir lo que prefieren. ¿Es justo lo que hacen muchos hoteles, los únicos que controlaban el mercado en el pasado, elevando los precios de sus habitaciones hasta 3 o 4 veces más con motivo de grandes eventos o fiestas, especulando así con el precio del alojamiento y perjudicando a sus clientes, que no tenían otra alternativa? He visto a hoteles de dos estrellas alcanzando el precio de una suite en un hotel de lujo, solo por un partido de fútbol. Me pregunto cómo se puede exigir justicia ahora».