Turismo y vivienda serán los sectores más afectados en la economía española una vez se consuma la salida del Reino Unidos de la UE. Así lo explica el Banco de España en su último boletín económico, al afirmar que si bien el grado de exposición de la economía española a la economía británica “no difiere excesivamente” del observado en las principales economías del área euro, en los sectores anteriormente citados el grado de sensibilidad es “más elevado”.
En este sentido, la exposición española es mayor que la de otras economías europeas en lo que respecta al turismo receptor, la prestación de servicios no turísticos, la inversión directa de España en los sectores financiero y de telecomunicaciones británicos y en la segunda vivienda. No hay que olvidar que la economía británica representa el 21% de los ingresos totales del sector turístico español. Su ritmo de expansión ha sido muy elevado en los últimos años, de tal forma, afirma el Banco de España, que el gasto de los turistas británicos en España está realizando una contribución “muy elevada” al buen comportamiento del sector.
La entidad emisora subraya además que el peso de las exportaciones de servicios no turísticos dirigidas a Reino Unido (39%) aún es mayor que el peso del turismo británico en España, destacando los servicios de telecomunicaciones y financieros y, en menor medida, de transporte y empresariales.
Por el lado financiero, el Banco de España explica que la exposición a Reino Unido, aunque relevante, es, como en el caso del comercio, algo inferior al promedio del área euro, con la excepción de las inversiones directas. En 2015, los activos y pasivos exteriores frente a Reino Unido representaron el 11% y el 8% del total, respectivamente, lo que equivale a un 15% y un 20% del PIB, de modo que España mantiene una posición de inversión internacional deudora con Reino Unido del 5% del PIB.
Reino Unido es además el primer destino de la inversión extranjera directa española, seguido de Estados Unidos y Brasil. Ésta se concentra en los sectores financiero y de telecomunicaciones. Las otras inversiones (depósitos, préstamos y repos) alcanzan el 4% del PIB, reflejando las inversiones de las entidades financieras españolas en el sistema bancario británico. Por el contrario, las inversiones británicas en España son más heterogéneas y su inversión directa en España sólo representa el 2% del PIB. La presencia de Reino Unido en el capital de las empresas españolas es en estos momentos “reducida”.
Pero al margen de los activos financieros, el Banco de España destaca el “elevado peso” de las inversiones inmobiliarias británicas en España, pues los ciudadanos de Reino Unido son los que más peso tienen en el total de adquisiciones por parte de extranjeros.
En concreto, sus inversiones representaron el 4% del total de las compraventas de viviendas, con zonas geográficas donde la segunda residencia tiene un peso elevado, especialmente la costa mediterránea y los archipiélagos canario y balear, en los que ese porcentaje es “muy superior”.