Estados Unidos se prepara para elegir un nuevo presidente y al parecer, Barack Obama lo tiene bastante claro: después de ocho años al frente del país más poderoso del mundo, quiere centrar su energías en el mundo startup. Apoyar emprendedores que «quieran cambiar el mundo» e invertir en los mejores proyectos.
Es lo que el todavía presidente de Estados Unidos confesó hace unos días en una entrevista para Bloomberg. «Si no me hubiese dedicado a la política, probablemente hubiese puesto en marcha algún tipo de negocio . El conjunto de habilidades necesarias para poner en marcha una campaña a la presidencia y construir como hicimos esos equipos de marketing, de generación de ideas…creo que podría tener sentido en el sector privado», aseguraba entonces.
En la misma entrevista Obama explicó que de forma informal había mantenido conversaciones con actores relevantes de Silicon Valley y distintos fondos de capital riesgo y que encontraría «muy satisfactorio» poder seguir desarrollando su carrera profesional en ese sector. Por supuesto, la publicación de la entrevista ha sentado de maravilla en la bahía de San Francisco. ¿Quién no querría contar en sus filas con los servicios de un ex-presidente de los Estados Unidos?
No es esta sin embargo la primera vez que Obama muestra interés por el mundo startup. En agosto de 2015 puso en marcha el «White House Demo Day», o lo que es lo mismo, el primer evento para startups organizado por la Casa Blanca en toda su historia. También anima a las embajadas de EE.UU en el mundo a realizar todo tipo de eventos que apoyen al mundo emprendedor y en España el famoso IN3 Spain da buena cuenta de ello.
Por otro lado, también es verdad que tampoco sería el primer miembro de una Administración americana que da el salto al mundo emprendedor. El antiguo secretario de estado de defensa Colin Powell, el vicepresidente Al Gore o la propia Condolezza Rice son sólo algunos de los nombres de políticos americanos que tras poner punto final a su «vida pública» han pasado a participar en distintos fondos VC como Khosla Ventures o Sequoia Capital.
Si finalmente Obama da el salto, sería eso sí, el primer presidente de la historia de Estados Unidos del que se podría decir que es puramente startup. Y es que a diferencia de España, donde las puertas giratorias llevan directamente a nuestros políticos a los consejos de dirección de grandes empresas energéticas, en Estados Unidos sigue calando la idea de que el «self made man» tiene hoy más sentido que nunca.
