Brexit. Una palabra que durante las últimas semanas sonaba a chiste imposible y que hoy ha dado un baño de realidad a toda Europa. Una palabra que en 24 horas lo ha cambiado todo y ha dejado en jaque a decenas de startups. Compañías como Just Eat, Deliveroo, Transferwise, Funding Circle o Hailo que han contribuido a hacer de Londres el hub de emprendimiento más importante de Europa, se encuentran de repente en un escenario más que incierto.
Durante las últimas semanas no se cansaban de repetirlo. El «Brexit» era literalmente lo peor que les podía pasar. La opinión del sector se reflejaba en una reciente encuesta desarrollada por la asociación“Tech London Advocates”, que representa a nada menos que 3.000 startups tecnológicas del país anglosajón. El 87% de las mismas manifestaban su oposición al Brexit, indicando que de darse esta circunstancia, les resultaría mucho más complicado llegar a otros países europeos, tanto para abrir nuevos mercados, como para atraer el talento necesario a sus organizaciones.
Constatada la misma, algunas han empezado a plantearse abandonar el Reino Unido. ¿Por qué? Lo explicaba hace unas semanas el CEO de Transferwise, Taavet Hinrikus, al indicar que el gran desafío para una startup que quiere crecer es poder contratar el talento necesario para hacerlo y que por lo tanto, una salida de la UE, les llevaría a re-localizar la empresa en otro país de Europa.De forma similar ya se han manifestado en Azimo, otra de las startups que lideran el mercado de las transferencias internacionales. Michael Kent, CEO de la empresa, acaba de declarar lo siguiente:
“Estamos tremendamente decepcionados con la decisión de los electores británicos de abandonar la Unión Europea. Desde Azimo creemos firmemente que el mundo necesita menos barreras, en lugar de más. Como hemos comentado con anterioridad, esta decisión supondrá un duro golpe para la industria de servicios financieros en Londres: muchas compañías dependen tanto del acceso a mercados de la Unión Europea como del derecho a operar y desarrollar sus servicios en el resto de Europa. Anticipo que veremos a muchos players del sector trasladar algunas, o quizá todas, sus operaciones empresariales a cualquier otro lugar de Europa. Frankfurt, Amsterdam y Dublín son los candidatos más obvios».
Y el problema no sólo es para las startups británicas que han crecido en la escena de Londres y que a partir de hoy tendrán más dificultades para trabajar con el resto de Europa, sino para muchas otras (americanas y europeas) que en los últimos años han hecho de Londres su gran hub de operaciones para trabajar con el resto del continente.
Empresas como Spotify, King Digital, Skype, Rovio o Supercell que tal vez se planteen si les sigue mereciendo la pena tener en Londres su gran centro de referencia o si por el contrario resulta mucho más interesante instalarse al otro lado del Canal de la Mancha.
Bajo el paraguas de la «City», Londres se había convertido en el auténtico Silicon Valley de Europa: en número de compañías creadas, fondos de inversión riesgo, business angels, eventos para emprendedores, etc. especialmente en el sector financiero y fintech. Centenares de empresas que se hasta ahora se han beneficiado de la libertad de movimiento trabajadores con talento, de comprensivas reglas de inmigración y de poder trabajar con una única regulación en los principales mercados.
Pero el «chollo» se acaba. En un plazo máximo de dos años, tanto las startups británicas como las que tengan en Reino Unido su domicilio fiscal, se verán obligadas a negociar con cada país de la UE sus reglas de entrada, lo cual no sólo repercutirá en los costes que tendrán que soportar, sino que multiplicará en varios enteros la carga burocrática.
De forma similar los fondos de inversión podrían llegar a la conclusión que la escena británica no es ni mucho menos la que más les interesa y que la agilidad que antes encontraban en Londres, la encuentren de forma renovada en ciudades como Dublín, París o Barcelona. Así que sí, el Brexit son malas noticias para todos, también para las startups.