Tras la publicación de nuestro eBook «Fintech, otra forma de financiar tu empresa», el GIFRIDAY de esta semana tiene a las fintech como grandes protagonistas. Examinamos las tres fases que recorren la mayoría de los emprendedores que se aproximan a este fenómeno.
Fase 1. Necesito dinero
Lo normal, lo de «toda la vida» es acudir a tu sucursal bancaria, arrodillarte y pedir un crédito. Hace unos años si todo iba bien, solían concederte ese crédito. Te ponían todo tipo de condiciones es verdad, pero el dinero acababa en tu cuenta. Desde la crisis económica sin embargo, la situación es más bien así. ¿Me concede su excelencia un crédito para mi pyme? Y la respuesta…
Puede que te vaya un poco mejor y entonces en vez de ese «No», obtienes un «Sí pero». No es un «Sí» sincero. No es ese «Sí» incondicional y honesto que esperas recibir porque tu empresa lo vale. Normalmente será un «Sí» con matices, ligado a contratar otros productos financieros, seguros que no necesitas, tarjetas que no vas a utilizar y …
Fase 2 ¿Fintech? ¿Me lo repite?
En tu desesperación, oyes hablar de un fenómeno nuevo. Fintech, le dicen. Te lo explica tu amigo en un bar y te lo ha comentado tu hijo en casa. Pero no lo acabas de entender. Porque según ellos, a partir de ahora tú mandas. Vas a ser el puto amo y vas a poder coger a tu banco y..
Pero no te acaba de convencer. Porque en realidad no te fías y además no lo entiendes. Y la cara que se te queda cuando les escuchas es más bien esta.
Te hablan de crowdfunding, crowdlending, préstamos P2P, plataformas, inversores particulares y entonces empiezas a verlo más claro. Mucho más claro. Porque han tenido que insistir. Y mucho. Pero lo han conseguido. Aunque no haya sido por las buenas, han conseguido que abras los ojos.
Fase 3. ¡Fintech, fintech, fintech!
Con la fe del nuevo converso, te lanzas de cabeza a todo lo que huela a fintech. Después de años luchando con tu banco de repente te sientes mucho más ligero. Te despiertas tan contento por las mañanas que casi casi…
Y entonces cuando compruebas los buenos resultados, eres tú el se convierte en un nuevo evangelista de las fintech. Se lo cuentas a tus amigos, a tus trabajadores, a tu competencia, a tus proveedores. Y dejas de hablar de fútbol. Y de cine. Y de cualquier otra cosa. Han podido contigo. Has cambiado.