¿Es capaz Europa de retener sus mayores talentos? ¿Qué ocurre para que algunas de sus mejores startups decidan que merece la pena seguir emprendiendo en otro sitio? Son preguntas que merece la pena plantearse cuando hoy descubrimos que los fundadores de Spotify están pensando seriamente en la posibilidad de abandonar Suecia y trasladar la empresa a Estados Unidos.
No es un asunto menor. Con una valoración que supera los 8.500 millones de euros, Spotify es el mayor de los unicornios europeos y uno de los pocos grandes casos de éxito que el viejo continente puede exhibir con orgullo ante el dominio norteamericano en el campo tecnológico.
Sin embargo el dinero no conoce fronteras y la empresa pronto podría dejar atrás su pasado europeo. Según los fundadores de la compañía, Daniel Ek y Martin Lorentzon, su país natal no hace lo suficiente para desarrollar un ecosistema que favorezca el desarrollo de las startups. Motivos como el alto coste de la vivienda, la dificultad para desarrollar un sistema de stock options para los empleados, o un sistema educativo que no hace especial hincapié en enseñar a programar estarían detrás de la salida de Spotify de su país natal.
«Nuestro éxito depende por completo de la capacidad que tengamos para atraer el mejor talento de todo el mundo. Estamos obligados a decir que si no se hacen cambios importantes, deberemos considerar crecer en otros países que no sean Suecia» han asegurado en el blog sueco de la compañía.
Pero más allá de lo que finalmente ocurra con Spotify, una vez más se muestra la incapacidad de Europa para retener a sus mejores startups. Ejemplos como el de Skype o Mojhang (creadores de Minecraft) indican que el viejo continente todavía tiene mucho trabajo por delante si quiere igualar las condiciones que Silicon Valley y otras regiones de Estados Unidos ofrecen a las startups que quieren desarrollar su negocio.