Según revela un estudio realizado por la Universidad de Barcelona y VidaCaixa, la pensión de más del 85% de los autónomos no supera los 635 euros, ya que este porcentaje de trabajadores cotiza por la base mínima. Así, esta cantidad supone casi la mitad que la pensión media de un trabajador asalariado, que alcanza los 1.155 euros.
Esto se debe, en gran parte, a que una gran mayoría de este colectivo cotiza por la base mínima, lo que les impide alcanzar una jubilación del nivel de la de los asalariados. Un 65% de los casos realmente no pueden permitirse aumentarla, mientras que otro 25% simplemente no confía en el sistema público de pensiones.
Para tratar de lograr cobrar una pensión más alta, desde VidaCaixa ofrecen una serie de consejos para los autónomos.
1. Mayor base de cotización
Si la mayoría cotiza por la base mínima (unos 260 euros mensuales), el primer consejo, lógicamente, es aumentar dicha base. Para cobrar una pensión similar a la de los asalariados dicha cotización debe alcanzar algo más de los 400 euros al mes.
2. Edad
Con la reforma de 2012, la pensión se calcula paulatinamente sobre lo cotizado durante los últimos 25 años trabajados (antes de la reforma eran los últimos 15). De esta forma, en 2015, hay que tener en cuenta los últimos 18 años trabajados. Así, y teniendo en cuenta que la edad de jubilación se eleva hasta los 67 años, se aconseja empezar a pensar en la jubilación a partir de los 42 años, o de lo contrario retrasarla hasta más allá de los 67 años. Por otro lado, a los 47 años se puede cambiar la base de cotización y aportar más a la propia hucha de las pensiones.
3. Alternativas privadas
Otra opción para aumentar los ingresos durante la jubilación es recurrir a mecanismos privados para compensar la pensión pública. Entre las alternativas se encuentran los planes de pensiones, los planes de pensiones asegurados o los fondos de inversión.