La restricción del crédito bancario para muchas pequeñas empresas, está provocando que muchas recurran a vías de financiación alternativa. Opciones como el crowdlending, el crowdfunding, las plataformas de préstamo directo a pymes o las páginas de préstamos rápidos de empresas financieras como Cashper.es, han conseguido posicionarse en el último año como algunas de las opciones más interesantes. Las razones para que muchos de estos emprendedores y particulares se acercan a estos nuevas vías de financiación, son, por un lado, las facilidades de tramitación debido a los escasos requerimientos, y por otro la rapidez de la concesión de estos pequeños créditos.
Otra alternativa que gana cada vez más adeptos es el Pledge Funding. ¿En qué consiste exactamente? Después de la burbuja de las puntocom de los años 90, muchos inversores de capital riesgo empezaron a preocuparse por cómo podrían financiar sus inversiones en startups sin poner en riesgo su patrimonio como lo habían hecho hasta entonces. Para ello muchos empezaron a crear una suerte de “clubs de Business Angels” comprometiendo cierto capital en lugar de invertir en las VC como se había hecho hasta entonces.
Este “club” adquirió el nombre de Pledge Fund, cuya traducción podría ser “fondos comprometidos”, y no obligaba a los Business Angels a invertir en las startups que el consejo de administración del VC decidía, sino que ofrecían la potestad al inversor de escoger caso por caso, en qué startup quería invertir. Así es como nace el Pledge Fund, un tipo de fondo donde los inversores o Business Angels se comprometen a realizar una inversión sin especificar el horizonte temporal y son ellos mismos quienes deciden en qué startup y qué cantidad invertir.
La primera plataforma de Pledge Fund en España es Lanzame, un proyecto que nace en 2012 y que se presenta como una herramienta para ayudar a los emprendedores que buscan financiación para sus proyectos pero que a la vez, a través del Pledge Fund, busca los mejores proyectos para aquellos que quieren invertir.
Lánzame apuesta en este terreno por un sistema de coinversión, de modo que todas las startups que se ofrecen a los inversores registrados en la plataforma, obtienen además una inversión directa proveniente del fondo que gestiona la empresa. Los interesados en invertir en startups a través de Lánzame, pueden hacerlo a partir de 2.000 euros, pudiendo decidir en todo momento qué empresas les resultan más atractivas.
A cambio Lánzame cobra una comisión de 120 euros + IVA en la primera inversión (3% a partir de la segunda), de modo que se cubran los costes de abogados, de administración y gestión. Además hay una segunda comisión del 10% que se aplica únicamente sobre el éxito de la startup invertida y que sólo se cobra en caso de que se produzcan plusvalías. De esta forma las tres partes implicadas en la operación (startup, fondo y business angel) salen ganando.