Mañana, 1 de octubre, se celebra el Día Internacional de las Personas de Edad. Esta conmemoración surge para que todos nos concienciemos sobre la importante contribución que las personas mayores pueden seguir haciendo a la sociedad, si es que ésta cuenta con las garantías adecuadas. En España, concretamente, el índice de longevidad ha alcanzado su máximo histórico (114%), lo que significa que por cada 100 menores de 16 años, se contabilizan 114 mayores de 64.
Desde el año 2000, España es un país envejecido, lo que significa que cuenta con más personas senior que jóvenes. El aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de natalidad son los principales causantes de esta realidad.
Se calcula que en 2030 los mayores de 65 supondrán el 30% de la población, frente al 18% actual. En este momento, cuando empiecen a jubilarse en masa los babyboomers (nacidos entre 1958 y 1977), unas cohortes sensiblemente más reducidas deberán soportar el coste de la atención de las pensiones y sus cuidados sociosanitarios.
Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco y director de Responsabilidad Corporativa del Grupo Adecco: “la relación cotizante-pensionista es actualmente de 2,4, considerándose una ecuación sostenible a partir de 2,5 contribuyentes por cada jubilado. Si continúa esta tendencia, para 2052 se estima que, por cada persona inactiva, habrá poco más de una persona trabajando, lo que sin duda pone en peligro la sostenibilidad de nuestro sistema».
Durante el año pasado, la Fundación Adecco ofreció orientación laboral a 7.739 mayores de 45 con especial riesgo de exclusión social: desempleados de larga duración con todas las prestaciones agotadas, personas con discapacidad, mujeres con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer.
Lo cierto es que las empresas, los poderes públicos y la sociedad en general, deberían asumir importantes retos para adaptarse a la fuerza laboral emergente. Entre ellos.
- Sensibilizar a la sociedad y al tejido empresarial, acercando los valores de los trabajadores mayores de 45 años (madurez, experiencia, templanza) y renovando la visión, a menudo desfavorable, que se tiene de la fuerza laboral más senior.
- Estimular la incorporación al mercado de los sectores de la población tradicionalmente más inactivos: personas con discapacidad, mujeres, etc, para contrarrestar la pérdida de los activos más jóvenes.
- Promover medidas de conciliación: horarios flexibles, prestaciones de maternidad y otros subsidios que garanticen que las familias pueden compatibilizar el empleo con el cuidado de los suyos.
- Promover políticas que incidan en un estilo de vida saludable, mejorando la calidad de vida y ayudando a prevenir enfermedades en las personas de más edad.