El 19 de enero de 2012, un hasta entonces poco conocido Bill Ackman, presentaba a través de su fondo de inversión riesgo una posición corta de nada menos que 1.000 millones de dólares sobre las acciones de Herbalife. Su intención, como declaró ese mismo día era por un lado, demostrar que esta empresa de productos nutricionales se basaba en un equema piramidal y por otro, hundir las acciones de la misma todo lo que le fuera posible.
Como nos cuentan en Fortune y como consecuencia de su arriesgada operación bursátil, las acciones de Herbalife cayeron nada menos el el 10% a los seis segundos de poner en marcha la maniobra. Una semana más tarde, el valor de la compañía había caído un 42% pasando de los 41,57 dólares por acción, a los 24,24 dólares. En una semana, Herbalife se dejó 2.000 millones de dólares en los parqués de medio mundo.
Ackman, que en los círculos bursátiles era considerado como un inversor con buen olfato y con cierto espíritu filantrópico que le empujaba hacia el activismo económico, tardó menos de 24 horas en explicar las razones que le habían llevado a tomar esa decisión.
En una rueda de prensa pública, explicó a lo largo de tres horas y frente a 500 personas, que Herbalife operaba siguiendo un esquema piramidal en el que se engañaba a su trabajadores (el mejor y más sofisticado esquema piramidal de la historia, según sus propias palabras).
Se tomaba como misión personal por lo tanto, no sólo perjudicar los intereses de la compañía, sino no descansar hasta verla completamente hundida, hasta que sus acciones valiesen cero. Además, los posibles beneficios que le reportase esa operación en Bolsa, irían destinados íntegramente a ONG’s y proyectos sociales. En palabras del propio Ackman, “Herbalife es el esquema piramidal mejor gestionado de la historia”.
¿Por qué Herbalife?
¿Por qué decidió actuar Bill Ackman contra Herbalife y no contra cualquier otra empresa? ¿Es Herbalife una estafa piramidal realmente sofisticada o es un negocio 100% legal sobre el que no hay ninguna razón para sospechar?
Son dos de las preguntas que empezaron a hacerse en la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos en abril de 2014 cuando decidieron tras segguir las indicaciones del propio Ackman, abrir una investigación oficial ante las sospechas de que podría estar incurriendo en una estafa piramidal.
Visto desde fuera, parecería que hay pocas razones para desconfiar. La multinacional de productos dietéticos y complementos nutricionales tiene un modelo de negocio que no hace en principio sospechar de la bondad de sus argumentos: vende productos a sus socios a un precio descontado y estos a su vez, los revenden obteniendo un margen comercial que les permite generar ingresos. Y hasta aquí todo normal. ¿Por qué nacen entonces las sospechas?
Porque Herbalife también utiliza un esquema en el que los distribuidores de productos son pagados principalmente mediante las comisiones que reciben por implicar a más gente que quiera trabajar de vendedores.
Siguiendo este esquema, según la denuncia que Bill Ackman hizo pública, la gran mayoría de los vendedores pierden dinero, mientras que solo unos pocos en la parte de arriba de la estructura piramidal ganan sustanciales cantidades.
¿Por qué Herbalife no es ilegal?
Y aquí está el gran quid de la cuestión. El problema de empresas “multinivel” como Herbalife es que su modelo de negocio se basa no tanto en la venta de productos (en este caso dietéticos) sino en la captación de vendedores que engrosen la base de la pirámide.
Mientras que los primeros en entrar en el esquema pueden ganar mucho dinero, por pura lógica matemática, los últimos en entrar apenas tienen posibilidades de ganar nada. Más bien al contrario: pierden dinero.
Si esto es así y Herbalife es una estafa, ¿Por qué no es ilegal? Porque en realidad, ante un tribunal es muy difícil demostrarlo. Por mucho que asociaciones de consumidores de todo el mundo hayan pedido que se impida operar a esta empresa, sólo en Bélgica se ha dictaminado una sentencia que prohíba sus actividades.
La empresa, que factura más de 5.000 millones de euros en ventas, tiene en España su tercer mejor negocio europeo. En 2012 contaba en nuestro país con nada menos que 30.000 distribuidores y únicamente 42 trabajadores en plantilla. Además su imagen se ha asociado a grandes deportistas de nuestro país, como Critiano Ronaldo, Lionel Messi, Fernando Verdasco…etc. Por no hablar de que es el patrocinador oficial del equipo de la liga ACB “Herbalife Gran Canaria”.
¿Cómo puede ser que una empresa así se dedique a estafar? ¿Qué pruebas hay de que una empresa que ya factura miles de millones (eso sí, en las Islas Caimán) esté haciendo algo ilegal?
¿Y si Ackman estuviese equivocado?
El trabajo como “activista” de Ackman no se limita a sus operaciones en Bolsa. Ha declarado en realidad una guerra total. Ha contratado a grupos de presión que están haciendo todo lo posible por destruir la imagen de la compañía. Ha descalificado al CEO de la empresa, Michael Johnson, del que ha dicho “ser responsable de dirigir una empresa criminal” y ha asegurado que hay una posibilidad muy real de que sus ejecutivos “acaben sus días en la cárcel”
Ackman ha creado grupos de apoyo a las “víctimas de Herbalife”, y los ha utilizado para presionar a congresistas, y a todo el que pueda influenciar sobre la suerte de la empresa. Ha creado páginas web de denuncia, enviado comunicados de prensa, perseguido a distribuidores y en general, hecho todo lo que ha estado a su alcance para acabar con la multinacional.
De momento Herbalife ha invertido más de 90 millones de dólares para defenderse de las acusaciones de Ackman. Además Michael Jhonson se ha quejado una y otra vez de ser víctima de una campaña orquestada que sólo beneficia a una persona: el propio Ackman.
¿Qué ocurriría si realmente Ackman no sólo estuviera equivocado sino que en realidad, únicamente hubiese estado trabajando para manipular los mercados en su propio beneficio? Esta es otra de las preguntas que se están haciendo en Estados Unidos y que ha llevado a otros inversores como Carl Icahn o Nelson Peltz a comprar acciones para evitar el colapso de la empresa.
¿Qué es entonces Herbalife? ¿Un malvado esquema piramidal o una empresa víctima de la especulación? De momento sólo sabemos que la empresa sigue siendo legal en casi todos los países del mundo, si bien cada vez hay más motivos que infunden sospechas.