Agosto, dice la ministra Báñez, no es un buen mes para el empleo. Lógico: los chiringuitos de playa cierran, desciende la ocupación hotelera, los restaurantes empiezan a flojear y en definitiva, el sector turístico pliega velas. Como los puestos de trabajo que se crean de cara a la temporada estival no son de calidad (ni mucho menos), tan rápido como nacen vuelven a desaparecer. Marca España. Así hoy mismo nos hemos desayunado la noticia de que el número de parados aumentó en 21.679 personas en agosto, situando la cifra del paro en 4.067.955 personas.
Pese a los buenos augurios económicos que desde hace meses anuncia el Gobierno, el dato es pésimo. El incremento de este mes nada menos que triplica que el del mismo mes del año pasado, cuando la cifra de paro aumentó en 8.070 personas. Sin embargo también hay buenas noticias. España se mantiene en una tasa de descenso interanual de 359.975 personas. No es que sea una cifra espectacular, pero al menos parece que el mercado laboral se ha estabilizado.
El paro aumentó en agosto en todos los sectores económicos, salvo en la agricultura, en la que descendió en 5.964 personas y en el colectivo de personas sin empleo anterior (-5.678, -1,59%). El sector servicios fue el que registró el mayor aumento del paro, con 22.876 desempleados más (+0,87%), seguido de la industria (+5.802 parados, +1,49%) y la construcción (+4.643, +1,02%) un sector en el que el Gobierno confía que vuelva a niveles similares a los que mantenía antes de la burbuja inmobiliaria. ¿Cambio de modelo productivo? No por el momento.
Sí que ha habido en cambio comunidades autónomas a las que agosto no les ha sentado tan mal: Galicia (-2.639 parados), Canarias (-1.257) y Asturias (-1.057). En el octavo mes del año se realizaron más de 1,1 millones de contratos de carácter temporal, de los que el 25,8% eran eventuales por circunstancias de la producción y el 26,8% de obra o servicio. Además, los contratos temporales con jornada a tiempo parcial ascendieron a 406.411 (el 32,56%).