¿Qué ocurre cuando estás empezando un negocio y lo poco que puedes enseñar es un discreto power point y un prototipo, en el mejor de los casos, de lo que quieres hacer? ¿Te presentas ante un inversor y le dices que tienes una o ninguna venta; uno o ningún cliente? ¿Qué argumentos de venta utilizas para conseguir financiación? Debes ser capaz de hacer algo para convencer por esa idea.
Si quieres saber qué. Te damos siete consejos para cuando tengas que mostrar un proyecto a un inversor. Toma nota.
1. Llamar la atención del inversor al inicio de la intervención
A la hora de enfrentarse a un interlocutor, lo primero es saber llamar la atención durante nuestro elevator pitch o, dicho de otra manera, la presentación del negocio, idea o empresa a un potencial inversor en breves minutos. Antes de explicar en qué consiste dicho proyecto, lo principal es impactar al inicio de nuestra presentación para conseguir captar el interés por parte del futuro inversor desde el inicio hasta el final del discurso. De hecho, durante el comienzo de la presentación hay que evitar que los nervios o incluso las pequeñas dudas puedan jugar una mala pasada y afectar negativamente al resto de la presentación.
2. Explicar en qué consiste el proyecto de manera directa
Ser breve, directo, conciso y concreto es fundamental para explicar al inversor de qué trata el negocio o proyecto en el que podría estar interesado en invertir. De esta forma, si al interlocutor no le queda claro en qué consiste la idea, perderá todo tipo de interés en seguir escuchando hablar sobre ella y, además, no creerá jamás en tu capacidad para vender el producto a un cliente, por lo que descartará el proyecto de inmediato. También es importante tener en cuenta otros posibles errores. Uno de los más frecuentes es hablar más sobre el producto que del modelo de negocio.
3. Generar confianza y mostrar pasión por nuestro proyecto
Está claro que todo aquello que se presenta con entusiasmo tiene muchas más posibilidades de llamar la atención y conseguir su objetivo. Así, cuando un emprendedor o empresario explica con pasión su proyecto y deja claro en cinco minutos que su vida es esa empresa, tiene muchísimas más posibilidades de éxito. No obstante, hay que tener cuidado de no pasar del entusiasmo a la pesadez o, incluso, al aburrimiento. Por ello, hay que ser consciente de que lo poco agrada y lo mucho cansa. Además, es probable que el potencial inversor haya escuchado otras propuestas, por lo que no hay que agobiarle.
4. Definir el público objetivo al que se dirige el negocio
Una vez que hemos explicado en qué consiste nuestra idea, y que además lo hemos hecho de manera clara, concisa y mostrando pasión por lo que hacemos, lo siguiente es explicar a qué tipo de personas va dirigido el negocio. Dependiendo del modelo de proyecto que se presente o del motivo por el que se busque inversión, es fundamental saber quién va a ser el cliente principal del producto o servicio. En este punto, hay que demostrar que se conoce el sector en el que se desea entrar, los competidores y el lugar que vamos a ocupar en dicho contexto. Es muy importante demostrar que existe un nicho de mercado.
5. Conocer al interlocutor para saber a quién enfrentarse
Dice muy poco de un emprendedor o empresario no conocer al interlocutor al que va a presentar su idea con el objetivo de conseguir inversión. Por ello, es imprescindible investigar el perfil del inversor antes de cualquier presentación para saber con quién está hablando, en qué tipo de empresas invierte y cómo suele trabajar. De esta manera, se puede preparar un discurso personalizado al máximo para la persona con la que va a hablar, conociendo sus particularidades, haciendo hincapié en los aspectos más relevantes para él y buscando llamar su interés. Todo ello, permite afrontar con mayor seguridad la presentación.
6. Mostrar el potencial de crecimiento y la rentabilidad de la idea
Para que un proyecto funcione lo principal es que sea rentable y tenga posibilidades de crecer con el paso del tiempo, ya sea desde sus inicios o porque se pretenda internacionalizar el negocio. Esas son dos de las primeras razones por las que un inversor depositaría su confianza en un proyecto e invertiría en él. No osbtante, a la hora de dar cifras es importate ser cautos y no avasallar con muchos datos. También se considera un grave error ofrecer datos falsos o hinchar el valor de la empresa. En el segundo de los casos, dicha valoración deberá ir respaldada por argumentos convincentes y razonados.
7. Conseguir una reunión posterior como objetivo final del desafío
Una vez que se ha conseguido ilusionar al inversor y que a este último le convence el proyecto tras ver que es rentable y tiene posibilidades de crecimiento dentro de un mercado, el objetivo final es despertar el interés del inversor para conseguir que quiera tener otra reunión y así conocer más a fondo el proyecto y seguir avanzando en la posible financiación. De esta manera, queda demostrado que la presentación ha sido un éxito y que el interlocutor tiene claras intenciones de entrar en el negocio que se le plantea. En una posterior reunión, se tendrá más tiempo para profundizar en la idea o línea de negocio.