Según advierten desde la Federación de Asociaciones de Autónomos ATA, la Ley de Segunda Oportunidad aprobada el pasado martes en el Senado tendrá un «éxito nulo». Pese a que es una gran oportunidad para ayudar a aquellos autónomos que lo han perdido todo, al final no contribuye al reemprendimiento. Es la opinión de Lorenzo Amor, presidente de ATA, quien señala que a los trabajadores por cuenta propia «no sólo hay que ayudarles y tenerles en cuenta cuando empiezan, si no también cuando fracasan y han puesto todo lo que tienen por sacar adelante su proyecto».
Con la Segunda Oportunidad, el emprendedor que haya fracasado en su actividad empresarial podrá negociar la deuda adquirida con sus acreedores gracias a un procedimiento extrajudicial de pagos que puede ofrecer condiciones más ventajosas. De ésta forma, podrá acceder a ésta opción cualquier empresario persona natural en situación de insolvencia que, a través de un mediador concursal, tiene la opción de pactar moratorias de hasta 3 años y quitas de hasta el 25%.
Del total de empresas que había en España a 1 de enero de 2014 según los datos del DIRCE, 3.119.310, algo más de la mitad tienen la condición de persona física, y el 80% del tejido empresarial cuenta con menos de dos empleados. En cuanto a los datos de la Estadística de Procedimiento Concursal referentes al primer trimestre de este años, sólo 48 de los 1.560 deudores concursados, eran personas físicas con actividad económica.
Desde ATA, aseguran que no hay una falta de necesidad o de voluntad por parte de los autónomos personas físicas a la hora de recurrir a los procedimientos concursales, más bien todo lo contrario. Sobre todo por el riesgo personal que afrontan y por la mayor exposición a tensiones de caja, morosidad y dificultades de financiación. Son aspectos que también se vinculan a la caída de la demanda durante la etapa de crisis y que acabó con la pérdida de un 40% de los autónomos que había registrados.
El presidente de ATA asegura que por todos estos motivos la Ley de Segunda Oportunidad «no responde a las necesidades de los autónomos ni va a evitar que negocios viables que se han visto abocados a la quiebra por la falta de liquidez y la imposibilidad de hacer frente a sus obligaciones fiscales y de Seguridad Social vuelvan a crear empleo».