Facebook ha sido durante muchos años, uno de los grandes aliados para las pequeñas empresas que veían en esta red social, una forma de conectar de forma sencilla con sus clientes sin necesidad de tener que invertir demasiados recursos. Sin embargo un artículo publicado en Fast Company por Chris Luo – antiguo director de marketing para pequeñas empresas en Facebook- asegura que Facebook ya no es lo que solía ser y se pregunta si sigue teniendo sentido que las pymes apuesten por Facebook en vez de centrar sus esfuerzos en otras formas de promoción.
Luo explica que cuando se unió a Facebook, en 2010, la red social comenzó a animar a las pymes a que se involucrasen en la red social a través de sus páginas para empresas, generando todos los likes posibles para conectar con sus clientes y promocionándolas generando contenidos que a la vez enriqueciesen el conjunto de la red social.
La mayoría de las empresas no dejaron escapar esta oportunidad y de hecho, a día de hoy, Facebook ya cuenta con 30 millones de páginas pertenecientes a pequeñas empresas. Los problemas para estas páginas empezaron no obstante en 2012, cuando la propia Facebook anunció que las páginas de empresa sólo estaban llegando de media al 16% de sus fans. El argumento que entonces esgrimió Facebook es que querían mantener una mejor experiencia para sus usuarios.
Que en realidad se tradujo un año más tarde en el lanzamiento de sus post patrocinados, la herramienta de pago con la que Facebook prometía a las empresas una visibilidad asegurada en los muros de sus fans y con la que a final de año consiguió convencer a 500.000 empresas, una cifra interesante pero muy alejada de las 30 millones de páginas que la red social asegura que pertenecen a empresas. Es decir, el resto de organizaciones siguieron confiando en el esfuerzo de tráfico orgánico que podrían obtener sin tener que pagar.
¿Merecía la pena? El artículo de Fast Company afirma que meses más tarde salía a la luz un informe de Forrester Research que indicaba que incluso las grandes marcas conseguían llegar a través de Facebook y Twitter solamente al 2% de sus fans o followers y que la interacción con cada post se reducía al 0,07%.
Para las empresas que no obstante siguen confiando en promocionarse sin pagar, las cosas han ido a peor. Lo comentábaamos en nuestro artículo «Facebook cambia las reglas de juego». Desde principios de este año, los cambios en el algoritmo de la red social están penalizando a las empresas «que no pasan por caja», especialmente a las que hacen una promoción directa de sus productos.
Pero como explica Luo, el pagar por promocionarse tampoco asegura un impacto significativo si esa inversión es a pequeña escala e irónicamente concluye que en la era de las redes sociales, las pymes obtengan un resultado mucho mayor apostando por un viejo conocido: el e-mail marketing, que pese a todo, consigue tasas de interactividad cercanas al 20%.
¿Deberían entonces las pymes abandonar Facebook? Como ya ocurrió en su momento con Google Plus, si la empresa tiene su página, sigue teniendo sentido seguir estando y sirviendo como punto de encuentro para sus clientes. Si no está, tal vez se lo tenga que plantear.