Una de las sensaciones más frustrantes que experimentan los trabajadores del siglo XXI es la de no tener tiempo. El estar convencidos de que sus obligaciones laborales y familiares les absorben tanto tiempo que les impiden de alguna forma «realizarse» o sencillamente dedicar más tiempo a lo que realmente les gusta hacer. ¿Pero es realmente así? ¿O sólo estamos hablando de un mito? ¿Realmente no tenemos tiempo? O más bien… ¿Sabemos utilizar el que tenemos a nuestra disposición?
En un experimento llevado a cabo por el Harvard Business Review, descubrieron que en realidad, no tenemos un problema con el tiempo. Partieron de la hipótesis más sencilla: la semana tiene 168 horas. Si tenemos en cuenta que la mayoría de nosotros dormimos una media de 7 horas al día, podemos restar 49 horas. Las horas de trabajo semanales no deberían superar las 56 horas. Si no vivimos demasiado lejos de nuestro trabajo, no deberíamos emplear más de 8 horas a la semana en transporte. Podemos añadir a esta suma unas 13 horas semanales en rutinas y recados (hacer la compra, acudir a una cita, etc.) y otras 20 a la atención directa de nuestra familia. Una vez que hemos sumado todas estas cantidades, descubrimos que en realidad tenemos una media de 23 horas libres a la semana. ¿Quién iba a decirlo? Por supuesto depende de los casos y no todos tenemos las mismas obligaciones y dependencias pero en realidad, la cifra final no debería de varias significativamente.
Así que tenemos 23 horas disponibles a la semana, nada menos que tres horas disponibles al día. Si como hasta ahora, no somos conscientes de que tenemos este tiempo a nuestra disposición es probable que no le demos un buen uso y que simplemente, sigamos lamentándonos de que no tenemos tiempo para hacer nada. Así que ¿Cómo recuperamos ese tiempo? En la publicación americana nos recomiendan hacer lo mismo que con el dinero: un presupuesto.
Para ello no necesitamos más que una hoja de Excel, como las que usamos para hacer un presupuesto familiar. Pero en vez de con dinero, trabajaremos con tiempo. Para ello podéis emplear esta plantilla. Como veis el funcionamiento no podía ser más sencillo y la plantilla se personalizar en función de nuestras necesidades. A medida que vamos introduciendo las cifras, vamos visualizando el tiempo que tenemos disponible durante las distintas semanas y es ahí cuando descubrimos que en realidad sí tenemos ese tiempo que creíamos que no existía. ¿Cómo lo ponemos a nuestra disposición?
1. Limitando el número de horas que pasamos en actividades cómodas: ver la televisión, pasar tiempo en las redes sociales, videojuegos, etc. son actividades cómodas en las que pasamos tiempo sin que nos demos cuenta. No se trata tanto de eliminarlas, como de fijar un límite de tiempo y ser consciente de las horas que empleamos.
2. Agrupando el tiempo disponible. Los expertos en gestión del tiempo advierten del peligro que tiene el «tiempo confeti». Es decir el querer realizar una actividad en huecos libres. Lo interesante es en realidad, agrupar esos huecos libres para poder dedicar nuestra plena atención y energía a esa actividad.
3. Domina tu tecnología. Y no al revés. El hecho de tener smartphone, tablet, portátil, etc. aumenta sustancialmente el tiempo que pasamos tras una pantalla, alargándolo mucho más de las horas estrictamente necesarias. Establece un límite. Determina el número de minutos, horas al día en los que te comprometes a estar libre de pantallas. Tiempo sólo para ti.
Y esto es sólo el principio. No hay nada mejor para ganar tiempo que ser conscientes de en qué lo estamos empleando.
Imagen: Shutterstock