El pasado día 8 de abril el sistema operativo Windows XP dejó de tener soporte técnico, lo que implica que no habrá más revisiones y actualizaciones de seguridad y que los equipos que sigan funcionando con este sistema serán más vulnerables ante cualquier tipo de ciberamenaza. A las vulnerabilidades del sistema operativo se suman las causadas por las aplicaciones que también han dejado de desarrollar sus versiones para Windows XP. Estos programas se convertirán en otra puerta de entrada para infectar el equipo, aumentando las posibilidades de recibir un ataque.
El especialista en seguridad TI Kaspersky Lab asegura, que solo teniendo una solución de seguridad que utilice tecnologías proactivas para defenderse de amenazas nuevas y desconocidas garantizará la protección de los equipos con Windows XP. En cambio, los antivirus básicos basados principalmente en la exploración de malware conocido son insuficientes. En cualquier caso, el uso de un antivirus debería ser un recurso provisional, ya que este tipo de software dejará de trabajar para Windows XP tarde o temprano.
En palabras de afirma David Emm, analista de malware de Kaspersky Lab:
«No hay duda de que el cambio a un sistema operativo nuevo es un inconveniente debido al coste que esto supone tanto para los usuarios como para las empresas, pero utilizar Windows XP será cada vez más inseguro y el riesgo derivado de un ataque podría superar al precio de instalar uno nuevo”.
Pese a ello, los expertos de Kaspersky Lab han facilitado una serie de consejos para todos esos usuarios que, de momento, no van a abandonar Windows XP:
- En el caso de las empresas, si tienen que seguir con XP por diferentes razones, como la no compatibilidad de algunos softwares con los nuevos, es recomendable instalar un pack entero de actualizaciones de Windows Update.
- La mayor parte de las amenazas vienen de la Red. Es recomendable desconectar Internet de todos los equipos o, por lo menos, reducir al mínimo la conexión.
- No utilizar los productos de Microsoft para Internet de hogar, como Windows Mail o Internet Explorer e instalar aplicaciones externas como Google Chrome o Mozilla Firefox.
- Deshabilitar Java y Flash. Si estas aplicaciones son importantes para algunas operaciones del equipo, hay que deshabilitar por lo menos su lanzamiento automático. Lo mismo hay que hacer para Adobe Reader, ya que los archivos PFD son una puerta de entrada para los cibercriminales muy frecuente.
- Para una mayor protección, es recomendable limitar el número de aplicaciones autorizadas a un listado de programas de confianza y bloquear cualquier software que se encuentre fuera de ella.