Todos lo sabemos, los minutos siguientes al almuerzo solemos asociarlo a una bajada de energía y a una disminución en la concentración. La mayoría de nosotros nos hemos programado a nosotros mismos para trabajar durante este periodo con más calma, o, a unas malas, echando mano de café o de bebidas energéticas. Lo hacemos con la convicción de que al permanecer despiertos somos más productivos, pero hay cada vez más pruebas que demuestran todo lo contrario.
En un informe publicado por el CDC, casi una cuarta parte de los adultos estadounidenses reportan tener dificultad para concentrarse debido a problemas de sueño. No es una gran sorpresa ya que el estadounidense promedio duerme poco más de 6 horas diarias, en lugar de las 8 recomendadas. Estudio tras estudio ha demostrado que la falta de sueño es malo para nuestra salud, pero basándose en investigaciones actuales también podría ser malo para la productividad. Algunos estudios también han encontrado que los trabajadores cansados cuestan a los EE.UU. alrededor de 150 mil millones de dólares al año en pérdida de productividad.
La situación económica sólo ha provocado una mayor presión para aumentar la productividad de los empleados. Si la productividad y el sueño están relacionados, entonces tal vez deberíamos empezar a pensar en qué manera en las empresas se puede ayudar a que sus empleados descansen lo suficiente. Esto plantea una pregunta fantástica: ¿deben las empresas alentar la siesta en el trabajo?
Si es lo suficientemente bueno para Neil Armstrong es lo suficientemente bueno para mí
La NASA piensa que deberíamos dormir la siesta. Un estudio interno reveló que la siesta conduce a un aumento en la productividad de hasta un 34%. Tanto la NASA como el ejército británico encontraron que 26 minutos parece ser el tiempo idóneo de siesta. La mayoría de los estudios parecen indicar que las siestas de menos de 30 minutos son la mejor opción para el lugar de trabajo.
Dormir la siesta entre 20 y 30 minutos parece encontrar el justo equilibrio entre conseguir el beneficio de sentirse más alerta y productivo sin la somnolencia o la inercia del sueño asociado con las siestas más largas. Los beneficios son bastante claros, pero la idea de la siesta todavía puede resultar algo extraña en alguna empresas. Si quieres seguir el ejemplo americano y dejar que tus empleados se echen una cabezadita después del almuerzo, he aquí algunos consejos importantes:
- Asegúrate de que tu equipo sabe que la productividad es fundamental para la política de tu empresa
- Dormir la siesta no es igual que vaguear
- Piensa el arreglar una pequeña habitación o un espacio para que tus trabajadores se echen un sueño
- Considera la posibilidad de poner límites a las siestas, tanto en términos de tiempo y el número de días a la semana en los que los empleados pueden dormir unos 30 minutos aproximadamente
Con grandes jugadores como la NASA, Google, y varias entidades militares estableciendo políticas que permiten a sus empleados echar la siesta, el concepto es, sin duda, para reflexionar.