Pasa a menudo. Nos compramos una estupenda cartera de cuero; ordenamos con mimo nuestras tarjetas de cŕedito, las tarjetas de visita, los billetes… y nos creemos los reyes del mundo. Pero transcurridos menos de seis meses, nuestra cartera ya no es lo que era: ha engoradado, su peso comienza a ser preocupante y lo que es peor, está empezando a estropearse e incluso, a estropear nuestra ropa. ¿Qué debemos hacer? En este artículo os mostramos a organizar vuestra cartera de forma eficaz, para que deje de ser una molestia y se convierta en un arma de productividad. Para conseguirlo, seguiremos los siguientes pasos.
1. Entender el por qué nuestra cartera ha duplicado su tamaño original
Son varias las razones que hacen que con el tiempo, nuestra cartera aumenta de tamaño de una forma desproprocionada. Las causas más comunes son las siguientes:
- Acumulamos demasiadas monedas.
- Guardamos tickets y recibos desde los años 80.
- Cada vez que introducimos una tarjeta en uno de los compartimentos, estamos creando espacio adicional, engrosado por cuero, aire y la tarjeta en cuestión.
2. Organizar las tarjetas
El principal motivo por el que las tarjetas incrementan el tamaño de nuestra cartera es porque cada vez que usamos una, en un nuevo compartimento, añadimos al volumen total, el cuero de separación propio de cada uno de ellos.
¿Solución? Dividir todas las tarjetas que tengamos en dos grupos. Uno formado por tu DNI, tu tarjeta de crédito principal y el otro por todas las demás. Cada tarjeta del primer grupo la introduciremos en dos de los compartimentos principales. Mientras tanto el segundo grupo que deberá estar formado por tarjetas que al menos empleemos una vez al mes, los almacenaremos en una sección estanca de nuestra cartera, en la que no haya cuero entre una y otra tarjeta.
3. Vivir sin papel
Como hemos visto antes, el segundo de los motivos que consiguen que nuestra cartera sea un engorro, es que acumulamos demasiados tickets, comprobantes de compras, etc. muchos de los cuales permanecen en el fondo de la cartera, por un periodo indefinido de tiempo.
¿Solución? Utiliza tu smartphone para digitalizar todos esos comprobantes y esos recibos que en la mayoría de los casos, nunca vas a necesitas y finalmente, deshazte de ellos. Para los tickets puedes utilizar una aplicación como Evernote, mientras que para tarjetas de visita te recomendamos Camcard.
4. Olvídate de las monedas
Las monedas ocupan mucho espacio y no tienen demasiada utilidad. Si suelen llevar contigo un bolso, utiliza un monedero. Si no es así, guarda en tu trabajo o en tu casa un espacio en el que acumules todas las monedas. Y para los pequeños gastos, siempre puedes llevar contigo una o dos monedas de uno o dos euros. Nunca más.
5. La cartera adecuada
Si seguimos los cuatro primeros pasos, conseguiremos reducir considerablemente las dimensiones de nuestra cartera. Sin embargo, aún podemos ir más allá. Algunas marcas como Bellroy, se han especializado en hacer carteras orientadas hacia la productividad, de fácil acceso y que permiten a sus usuarios viajar ligeros.