Hoy mismo, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha advertido que el precio de la luz se podría ver afectado en el caso de que las compañías eléctricas y el Gobierno no lleguen a un acuerdo para paliar el déficit eléctrico reconocido para este 2013 y que asciende a 3.600 millones de euros.
Desde la supuesta liberalización del sector eléctrico en 1997 y la privatización de Endesa, el precio de la electricidad ha escalado un 70%. Cifrado a día de hoy en más de 28.000 millones, el “déficit tarifario” es padecido año tras año por unas eléctricas que, pese a declarar no cubrir sus costes, firman cada ejercicio beneficios más cuantiosos.
El problema ha llegado a tal extremo, que, según publicó El País a finales de noviembre, alrededor de 1,4 millones de viviendas sufrieron un corte de luz por impago el año pasado en España, más del doble que antes de la crisis.
No es para menos, ya que el recibo de la luz que pagamos cada dos meses es uno de los más caros de toda Europa. De hecho, el 56% de la factura son costes ajenos. De ese porcentaje, el 35% corresponde a las primas a las energías renovables, la subvención al consumo de carbón nacional para la generación eléctrica, la amortización del déficit de tarifa, la compensación por las extrapeninsulares, el bono social, etc… y el 21% restante son impuestos. Solo el 44% son costes propios del suministro eléctrico, como la generación (29%) y el transporte y la distribución (15%).
Las compañías eléctricas subrayan que el precio de generación en nuestro país «está en la media de la Unión Europea» y que el 50% del recibo «responde a la política fiscal y energética del Gobierno, costes que deberían estar incluidos en los Presupuestos del Estado». También repercute negativamente el hecho de que España siga siendo una «isla energética» , con todavía escasas interconexiones, lo que dificulta los intercambios y las operaciones con otros países.