José Picó es arquitecto y además responsables del proyecto Iniciador Kids, una iniciativa cuyo objetivo es introducir a niños y adolescentes en el mundo del emprendimiento.
Como otros han afirmado antes, niega la existencia de “una burbuja de emprendimiento. Si hay una burbuja está en todos los sitios, tanto en España como en Londres o en Palo Alto. Y hay que diferenciar, porque una cosa es lo que se vive en ciudades como Madrid o Barcelona y otros lo que hay fuera de esa burbuja, donde apenas se conoce nada”.
Más adelante nos traslada su convencimiento de que “el paradigma del emprendimiento está cambiando. Hoy en día creo que emprender es conseguir que una idea se convierta en realidad. Emprender es conseguir hacer cosas, el abrazar el que si no hay trabajo ha que inventárselo.”
Desde su posición como formador afirma “estar a favor de que los proyectos jóvenes tengan el apoyo de la experiencia. Los emprendedores jóvenes tienen vitalidad, chispa y demás pero después les hace falta el conocimiento. Cuanto más conocimiento mejor porque al final ser emprendedor, puede convertirse en un infierno”.
¿Qué entonces lo que más ha cambiado? Nos cuenta que “venimos de un país en el que hay cinco años todos querían ser funcionarios y ahora estamos en otro en el que se quiere cambiar la cultura. Pero para conseguirlo hay que empezar desde abajo, los colegios, los institutos y la universidad. Requiere un proceso largo, una apuesta por la cultura. Ahora mismo las personas que salen adelante que tienen buenos proyectos, lo consiguen casi por generación espontánea, no porque haya una cultura del emprendimiento como la que hay en otros países”.
Al hablar del fracaso empresarial denuncia que “tiene que verse no como un estigma personal y social, sino incluso como una suerte. Yo he tenido la suerte de fracasar. Pero las cosas están cambiando y como ha demostrado la crisis económica, la sociedad entera ha fracasado, por lo que el fracaso parece que ya no es tan importante”.