Como solemos contarles a nuestros alumnos en «e-mail marketing: revolucione la bandeja de entrada de sus clientes», el conocido como «permission marketing», lejos de haber perdido importancia frente a las redes sociales y otras tendencias dentro del marketing on-line, sigue creciendo, tanto que en una reciente encuesta realizada por Marketo, se desveló que para el 77% de los usuarios, el e-mail marketing seguía siendo la forma en la que preferían seguir recibiendo la información publicitaria que les interesa.
Ahora bien, el éxito del e-mail marketing está directamente relacionado con la estrategia que emplee la empresa que quiere posicionar sus contenidos y mensajes publicitarios. Las empresas que dedican más tiempo en diseñar, implementar y medir el éxito de su estrategia, suelen ser a la vez las empresas que más beneficio obtienen en este tipo de campañas.
Tal y como revela la encuesta de Marketo, las empresas que mejor trabajan en e-mail marketing, son aquellas que destinan más recursos a la hora de desarrollar una base de datos segmentada, que tienen más claro quién es su audiencia y su target y que tienen las herramientas adecuadas para medir la respuesta. Y aunque la creatividad sigue siendo importante, es precisamente en esta fase de análisis en la que el profesional del e-mail marketing más se la juega.
Pero más allá de la segmentación de la base de datos, ¿qué factores son los que hay que tener en cuenta? Históricamente, el asunto del mensaje siempre ha sido el elemento al que más se ha prestado atención. Que resultase atractivo, que no fuese detectado como Spam, que invitarse a abrir el correo electrónico realizando una promesa, etc. son algunas de las máximas que siempre se tienen en cuenta.
Pero más allá del asunto, han ido ganando protagonista otro tipo de factores, que tal y como revela el estudio de Marketo se posicionan de la siguiente forma, en orden de importancia:
- Contenido del mensaje.
- Disposición, imágenes y llamadas a la acción.
- Día de la semana en el que se envía el mensaje.
- Hora del día en el que se envía el mensaje.
- Personalización.
- Landing page.
- Remitente.
- Disposición del mensaje en dispositivos móviles.
De las anteriores, la que podemos controlar de una forma más objetiva es tanto el día como la hora en que mandamos el mensaje. Del estudio se desprende que lo ideal es que el e-mail aterrice en la bandeja de entrada del destinatario durante sus horas de trabajo, en un momento en el que seguramente se encuentra frente a su equipo. Para conseguirlo, el e-mail debería ser enviado o a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, de modo que sea lo primero que vea cuando se incorpore al día siguiente. Por supuesto en este campo sigue resultando válida la regla que afirma el martes, miércoles y jueves son los mejores días para realizar este tipo de envíos.
Por último el estudio hace hincapié en cómo los dispositivos móviles cambian la forma en la que las empresas deberían comunicarse con sus clientes. En este sentido, la encuesta asegura que el 75% de los usuarios borrarán sin leer, los mensajes que no estén adaptados a la pantalla de los smartphones.