El refranero popular afirma que la música «amansa a las fieras». Y si esto no está del todo comprobado, lo que sí parece cierto es que escuchar música mientras trabajamos, aumenta nuestra productividad. Distintos estudios demuestran que los sonidos melódicos mejoran la secreción de dopamina en el área de recompensas del cerebro, que escuchar música mejora nuestro humor y que de buen humor, trabajamos mejor.
La música nos ayuda a ser más rápidos en nuestras tareas mecánicas y nuestro rendimiento general es hasta un 12,5% mayor. ¿Pero toda la música vale? ¿Somos igual de productivos escuchando a Mozart que a Iron Maiden? Aunque depende de cada individuo es cuestión, sobre lo que parece que sí hay consenso es en que según los expertos, las canciones instrumentales son excelentes para concentrarse, entre 15 y 30 minutos de escucha suelen ser suficientes. Todo esto nos lo cuentan los chicos de Deezer en la siguiente infografía.