Esta vez sí que podemos decirlo: Windows 8.1 va a encontrar su hueco en las empresas. Parece que en Redmond han tomado buena nota de la frustración que ha causado en muchos usuarios profesionales el uso de Windows 8 y en su nueva versión, se han corregido pequeños detalles aquí y allá que seguramente todos agradecerán. Veamos las mejoras que se han incorporado a a gestión del modo escritorio.
1. Por aclamación popular, vuelve el «botón inicio». No más instalarse aplicaciones de terceros y no más combinaciones de teclas para acceder a lo que nos interesa. Teniendo en cuenta que el botón «start» lleva con nosotros desde la presentación de Windows 95 (nada menos que 18 años), parecía lógico pensar que Microsoft intentase hacer algo diferente. Desafortunadamente, no pasó la prueba del algodón.
2. Muchas de las novedades que se han introducido tienen como objetivo que Windows 8.1 se parezca más a Windows 7 que a Windows 8. Para conseguirlo se han introducido dos pequeñas-grandes características: la posibilidad de iniciar el equipo en modo escritorio (adiós Modern UI) y la más polémica posibilidad de desactivar los charms y la barra de aplicaciones recientes en las esquinas superiores (en las inferiores esta opción sigue siendo «obligatoria»)
3. Apagar el equipo. No sabemos en qué estaban pensando en Redmond cuando implementaron la forma de apagar el equipo en Windows 8. Sea o que fuere, lo cierto es que se trataba probablemente de la opción menos usable y «user-friendly» de todo el sistema operativo. En Windows 8.1 sus opciones vuelven al menú Inicio, en el que curiosamente falta la opción «Cerrar sesión»
Todas estas opciones convierten a Windows 8.1 en un entorno mucho más familiar para el usuario y relegan a un segundo plano a Modern UI, que tiene mucho más sentido en tablets y en ordenadores con pantalla táctil. Definitivamente, nuestro viejo y querido escritorio «is back».