Gestionar aspectos críticos de nuestra empresa como la facturación o la contabilidad, aprovechándonos de las ventajas que nos proporciona la nube. ¿Tiene sentido? ¿Es popular en España? ¿Qué grado de penetración tienen las soluciones SaaS entre pymes y autónomos? ¿Es un modelo de negocio viable? Estas son algunas de las preguntas a las que hemos querido responder en nuestro Debate MC «Soluciones de gestión en la nube: ¿Futuro o presente?»
Para ayudarnos a responder a estas preguntas, en nuestra mesa redonda contamos con algunos de los mayores expertos de España en este terreno. Así, pudimos contar con la presencia de Jorge Pascual (Director General de anfix), Iosu Buenetxea (Director General de MySaaSPlace), Carlos Giménez Borrajo (Country Manager de E-conomic), Juan Mora (Director de Sage One), Álvaro Ramis(Director General de Tugestionline) y Tomás Font Zapater (Director de la Unidad de Negocio de Despachos Profesionales de Wolters Kluwer).
Lo primero que quisimos conocer es cómo está encarando la pyme española la transición a la nube, si sigue teniendo cierta aprensión a tener sus datos en una solución cloud o si el peso de las soluciones de escritorio seguía siendo un obstáculo difícil de superar. Aquí las opiniones fueron unánimes: en España especialmente en el sector de las pequeñas empresas, se sigue desconfiando de lo que la nube es y de lo que representa.
¿Por qué ocurre esto? Para Iosu Buenetxea por ejemplo, «mucha gente sigue sin saber lo que es la nube. Tienen miedo sin saber que llevan utilizando productos en la nube desde hace unos cuantos años y les preocupa no depender de un servidor que pueden controlar en su empresa». Y aunque esto es cierto, muchos coinciden en señalar que uno de los principales obstáculos que van a tener que superar las empresas obedece a un matiz cultural.
Carlos Giménez Borrajo nos cuenta que en primer lugar España tiene una diferencia cultural muy acusada cuando la comparamos con la forma en que se encara la nube en otros países de Europa. «En los países nórdicos» nos cuenta «hay una penetración mucho mayor, ligada en gran medida a un factor emocional, a un componente cultural e incluso a una forma diferente de entender las relaciones humanas, quizás más distantes».
Pero no sólo. También hay que tener muy en cuenta las distintas generaciones de usuarios que se acercan o se plantean el cloud para su negocio. Tal y como nos cuenta Juan Mora, parece claro que los que pertenecen a la conocida como Generación Y (personas nacidas en la década de los 80), abordan con naturalidad la transición a la nube (si no es que ya empiezan ahí directamente), mientras que comercializar este tipo de productos a personas de la Generación X (años 60-70) no sólo resulta mucho más complicado, sino que algunas de las empresas que se presentan a nuestra mesa redonda se cuestionan seriamente «si merece la pena el esfuerzo».
Por último también habría que hacer una clara diferenciación en función del tamaño de la empresa. Tal y como nos cuenta Tomás Font, «la adopción de soluciones cloud en España va a dos velocidades. Vemos por ejemplo un interés clarísimo en el ámbito de la mediana y gran empresa, especialmente en soluciones de recursos humanos. Hay una gran demanda y se está haciendo mucho negocio. En cambio no lo tenemos tan claro cuando bajamos al terreno de la pequeña empresa y el autónomo, donde el grado de adopción está siendo mucho menor».
Un extremo este en el que también coincide Álvaro Ramis, al señalar que a día de hoy «el mercado está muy verde. Tendrán que pasar cinco años para que podamos hablar de un volumen de clientes interesante».
¿La clave está en el asesor?
Uno de los temas sobre los que más ha girado este debate es en la figura del asesor, en e papel que tiene en este nuevo escenario de aplicaciones y cómo cambia (si es que lo hace) su relación con las pymes y los autónomos. Hay que tener en cuenta en primer lugar que tal y como nos recuerda Juan Mora, «España es el país de Europa que más asesorías y gestorías tiene» por lo que es difícil imaginar un escenario en el que no se tenga en cuenta su papel. Y precisamente por este motivo, muchos de los invitados que se sientan a nuestra mesa, insisten en la importancia que su aplicación da al papel del asesor.
Para Tomás Font por ejemplo, «el asesor tiene un papel fundamental a la hora de provocar el cambio, la transición hacia la nube» y para Jorge Pascual «el asesor nace en nuestro país por la legislación tan compleja que tenemos, por lo que creo que va a seguir jugando un papel muy interesante».
De la misma forma Carlos Giménez Borrajo nos recuerda que precisamente este tipo de soluciones permiten a las pymes «una mayor cercanía y una mejor comunicación» con el asesor, que ni mucho menos va a desaparecer, «sino que va a tener que trabajar de una forma diferente, ofreciendo nuevos servicios de valor añadido». O como remacha Juan Mora, «se trata de que realmente sean asesores y no escaneadores de documentos».
En un lugar similar se encuentra el canal de distribución, que con las soluciones cloud cambia el papel que va a desempeñar en este nuevo escenario. Mientras que algunos como Jorge Pascual se preguntan si realmente «¿Va a seguir siendo necesario?», otros apuestas más por una adaptación del canal si quieren seguir siendo relevantes. Bien para «desarrollar cuentas» como afirma Font, o bien para ofrecer servicios asociados a esa solución cloud, como indican desde Sage.
La otra clave es cómo se cierra el círculo. Es decir, tenemos la solución cloud, el asesor integrado en la misma solución y la pyme/autónomo. Pero lo que queda por desarrollar es cómo se integra la entidad financiera o los medios de pago. Aquí nos explica Álvaro Ramis, que aunque hay algunas entidades financiera como el BBVA que sí están apostando por este tipo de soluciones, «lo cierto es que queda mucho camino por andar porque a diferencia de Estados Unidos, no hay una integración real de la banca. Hay que hacer una integración individual de cada una de las entidades y esto de momento sigue sin merecer la pena».
El impacto de la crisis
Para terminar este debate no podíamos dejar de comentar el papel destacado que está jugando al crisis económica a la hora de valorar cómo se adoptan este tipo de soluciones. Parece claro que en un momento de gran restricción del consumo, la mayoría de la prioridad número uno para empresas y autónomos, más que gestionar su negocio es conseguir hacer negocio. Esto hace que nos encontremos en un momento de stand-by, en el que para muchas pymes no resulta tan sencillo ver el valor diferenciador que aportan este tipo de soluciones.
Se trata en primer lugar de determinar, cómo apuntan en Sage, si la tecnología está actuando como facilitador, facilita la forma en la que hacemos negocios y desarrollamos nuestra empresa. Porque como también apuntan desde MySaasPlace, «si la tecnología se queda sólo en eso, en una solución tecnológica, no va a aportar nada». Sobre todo en un momento en el que tantos autónomos siguen optando por soluciones tan sencillas como puede ser una hoja de cálculo o un documento de Microsoft Word.
Quizás este sea el motivo por el que muchos de los miembros de la mesa comenten lo difícil que resulta vender, llegar a las pymes con el mensaje adecuado. Y queremos rescatar aquí las palabras de Jorge Pascual cuando afirma que es necesario hacer más autocrítica, «saber determinar cuáles son las necesidades reales de los autónomos, entender cuál es el factor realmente diferenciador que va a empujar la venta y el cambio».
