Probablemente ya habrás escuchado que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, elevar el estado de ánimo y mejorar la salud mental. Sin embargo, con la ajetreada vida de los empresarios, ir al gimnasio a menudo es algo complicado.
Aunque una hora de entrenamiento no parece factible, Brent Bishop, entrenador personal y autor de «The Think Factor» dice que incorporar intervalos cortos de fitness en tu día a día es una gran manera de que los empresarios incrementen su actividad física. Bishop ofrece sus consejos sobre como colarse en el gimnasio en pequeñas horas libres que haya: hora del almuerzo, entre reunión y reunión…
1. Modifica tus trayectos
En lugar de pensar en los desplazamientos como pérdida de tiempo para ir y volver de la oficina, Bishop dice que debemos verlo como una oportunidad para introducir la actividad física. Si vas en autobús o metro al trabajo, bájate un par de paradas antes y camina, es una gran manera de incorporar la actividad física en tu día.
2. Visita el parque durante la hora del almuerzo.
Bishop dice que un banco del parque es una gran herramienta para hacer ejercicio. Se puede utilizar para hacer series de flexiones y sentadillas, lo que hará que tonifiques los músculos en menos de media hora, además de que recibirás los beneficios de hacer ejercicio al aire libre. Si no te sientes cómodo haciendo estos movimientos en la vía pública o el clima no acompaña, se pueden realizar también en una silla de la oficina.
3. Incorpora el ejercicio en las reuniones.
En lugar de celebrar reuniones con los clientes durante el almuerzo o en una sala de conferencias, elige una actividad física para hablar de negocios. Bishop recomienda el golf, tenis y ciclismo, actividades sociales que te darán la oportunidad de conocer a clientes y al mismo tiempo estar activo.
4. Entrena desde tu escritorio.
En vez de ir a por un café a media tarde, ¿porqué no aprovechar para hacer algo de ejercicio?. Bishop sugiere cinco ejercicios de entrenamiento de fuerza que se centran en mejorar la postura, algo de lo que todos los trabajadores de oficina pueden beneficiarse. Dos series de cada ejercicio con 15 repeticiones cada una hacen una completa sesión de ejercicios de 20 minutos. Para aquellos con menos tiempos, Bishop dice que estos ejercicios también se pueden hacer en incrementos cortos de cinco minutos.
Para garantizar que tu entrenamiento no se interrumpe, Bishop recomienda colocar una nota en tu puerta que diga: «Estoy haciendo ejercicio ahora, vuelva más tarde.» Bishop describe estos movimientos de la siguiente manera:
- Movimiento de hombros: Muevelos hombros hacia adelante y hacia atrás, apretando los omóplatos como si partieras una nuez. Repetir este movimiento en todo el día fortalece la espalda superior.
- Sentadillas: Son muy buenas para tonificar glúteos y cuádriceps que consiguen cargarse al estar sentados tanto tiempo.
- Posición de flexión: Coloca las manos en el suelo y tu cuerpo en una línea recta con los pies tocando el suelo. Manténte así un minuto.
- Flexiones de escritorio: Con los dedos de los pies tocando el suelo y las manos apoyadas en tu escritorio, baja el pecho sobre el borde del escritorio. Esto ayudará a las espalda y a fortalecer los hombros.
- Tríceps con la silla: Coloca tus manos firmemente en la silla. Levanta la silla, mantén las rodillas flexionadas y haz presión en la zona del tríceps.
5. Inserta el ejercicio como una rutina.
Programa tu entrenamiento en tu smartphone. Trata este aviso como si te hubieras comprometido a una reunión, dice Bishop. Las actividades mencionadas anteriormente pueden realizarse en cualquier momento del día, sin embargo, si estás planeando apuntarte al gimnasio, Bishop recomienda programar los entrenamientos a primera hora de la mañana. «Empezar el día haciendo algo por ti mismo va a establecer el tono para el resto del día», dice. Además, «a lo largo del día solemos poner muchas más excusas».
