Sin una idea, tu proyecto de negocio no tiene demasiado sentido. Pero, no todas las ideas te pueden llevar al éxito, ni mucho menos, las ideas ganadoras son aquellas que son rentables, de bajo coste y que son rápidas de llevar a cabo. Empezar de esta manera, sin demasiadas pretensiones, es lo que va a hacer que tu negocio crezca de la manera adecuada. No quieras empezar la casa por el tejado.
Ahora bien, si tu idea no cumple los siguientes cinco requisitos, es mejor que te plantees todo antes.
1. Un mercado importante:
Si tu producto no apela a un mercado lo suficientemente grande, puede que nunca puedas recuperar el coste de haberle dado vida a tu idea. En pocas palabras, estás perdiendo el tiempo. No te preguntes si hay demanda suficiente para sufragar el coste de la fabricación, distribución y comercialización de tu idea, haz antes los cálculos y utiliza Internet para averiguar el tamaño del mercado. ¿Quién crees que va a comprar tu producto? ¿Dónde?
Un buen indicador de un mercado importante es la existencia de otros productos que tienen como objetivo resolver el mismo problema que hace el tuyo. Si tu idea es tan revolucionaria que no existe ni un solo otro producto como ése, se te presenta un nuevo conjunto de desafíos. Eso no quiere decir que tu idea no sea buena o no deba ser llevada a cabo, pero va a ser mucho más difícil de ejecutar.
2. Costes de fabricación:
Muchos empresarios ignoran la realidad de los costes de fabricación hasta que es demasiado tarde. Productos que requieren la creación de nuevos equipos de fabricación tienen un coste prohibitivo. Ponte en contacto con los fabricantes para determinar cómo tu idea se puede transformar en producto. Muéstrales un boceto de tu idea, a ser posible con dibujos de CAD, y pregunta cuánto costaría producir 100.000 o 200.000 unidades.
Asegúrate siempre de trabajar con alguien que firme un acuerdo de no divulgación. Antes de mostrar tu idea a alguien, asegúrate de presentar una solicitud de patente provisional, son muy baratas y protegen tu idea durante un año sin tener que solicitar una patente definitiva.
3. Un precio de venta aceptable:
¿Cuánto es el coste de fabricar tu idea? Si tu producto es significativamente más caro que otros, de aquellos productos similares existentes, eso es motivo de reflexión. Los minoristas no estarán dispuestos a abastecerse de un producto que no se ajusta a un precio efectivo. La regla general es que los productos de venta al por menor es de cinco veces el coste de fabricación.
4. Una de las ventajas que se resume en una sola frase:
Muchos empresarios no entienden en realidad que están vendiendo los beneficios, no las ideas. Los beneficios son lo que motivan a los consumidores a comprar productos. Del mismo modo, se va a vender el beneficio de tu idea a todo el mundo, incluyendo inversionistas, distribuidores y minoristas. ¿Es el único beneficio? ¿Es importante? Si no puedes encontrar una breve descripción fácil de establecer, es un buen indicador de que los beneficios de tu idea no son muy fuertes – o tal vez no los tienes.
5. Una interfaz fácil de usar:
Ponle fácil a tus clientes la manera de usar tu producto. Por ejemplo, cuando hagas el diseño de la etiqueta, por una foto de una mano girando la etiqueta para mostrar a la gente lo que tiene que hacer para utilizarlo.
Si su idea es tan nueva o compleja que los consumidores necesitarán que se les enseñe cómo funciona, has de saber, que la mayoría de las empresas no están dispuestas a invertir en una idea tan radical. Crear una estrategia de marketing con sonido es bastante complicada. Haz, por tanto, que tu producto sea lo más intuitivo posible, así va a ser mucho más comercial.
