La cada vez más difícil situación laboral que se vive en España está provocando que cientos de personas emigren a otros países en busca de una nueva oportunidad. Las estadísticas oficiales confirman que la emigración española con destino Alemania ha aumentado un 53% en el primer semestre de 2012 respecto a las cifras de 2011, que ya habían registrado por su parte un aumento pronunciado.
Pero los españoles no sólo emigramos a Alemania. Países como Bélgica, Gran Bretaña, Canadá, Chile o Perú son otros de los destinos elegidos, lugares donde en estos momentos hay trabajo. No todo es llegar y pegar, muchos países exigen una serie de requisitos que hay que cumplir para poder optar a un empleo.
Mientras que para trabajar en los países de la UE no hacen falta ni visados ni permisos de trabajo, algunos de sus estados miembros, como Alemania y Francia, piden el dominio de su idioma oficial además del inglés, que es indispensable. Es fácil entrar en estos países, pero no lo es tanto quedarse.
En Reino Unido, por ejemplo, existen las llamadas Umbrella Companies, o empresas paraguas, que te contratan antes de que comiences a trabajar para la organización que demanda tus servicios y, de esta manera, verifican si sirves o no. Es una forma de poner a prueba al candidato.
Si estás pensado trabajar en algún país latinoamericano, has de tener en cuenta, que en Brasil, uno de los países con mejores perspectivas para los ingenieros en los sectores de la construcción, la industria minera y la petroquímica, conseguir el visado puede tardar entre seis y siete meses, aunque cuentes con permiso de trabajo.
Por su parte, Chile exige visado de residencia o el permiso especial de trabajo para extranjeros con visa en trámite. Además, para trabajar en este país es necesario que la empresa tenga domicilio legal allí y que el contrato de trabajo esté firmado en Chile ante notario por el empleador y el trabajador o quien lo represente.
En Perú los trámites varían según la calidad con la que se emigre. Si vas como expatriado necesitas una carta de solvencia económica de la empresa a la que representas durante tu estancia en el país: carta de la compañía que te envía en la que se precise el motivo del viaje, los objetivos del mismo y el periodo en el que el trabajador estará allí. Además, hay que incluir una misiva de la organización peruana, en caso de que el viaje esté ligado a una contraparte nacional. El coste de este visado asciende a 27 euros.
Por el contrario, si vas por cuenta propia, deberás solicitar la expedición del visado en las oficinas de la Dirección General de Migraciones y Naturalización (Digemin), y tener en cuenta los visados autorizados por la Dirección General de Migraciones del Ministerio de Interior, que puede recoger en un plazo de seis meses en el consulado, con un coste de 72 euros.
Al igual que en Brasil, en Estados Unidos y en Canadá dan prioridad a sus ciudadanos. En Estados Unidos, como norma general, la Ley de Inmigración y Ciudadanía permite la entrada de extranjeros si son parientes de un ciudadano estadounidense o residente legal, o bien si están patrocinados por un empleador.
En Canadá, además de que hay problemas con la homologación del título, también se solicitan reconocimientos médicos bastante exhaustivos, desde análisis de sangre completos hasta radiografías torácicas.
Pero si en el continente americano hay algunas reglas, bastante más complicado es entrar en Asia y Oceanía. De hecho, en Australia y Nueva Zelanda también exigen exámenes médicos detallados. Por otro lado, en China se necesita el visado Z, que implica pasaporte electrónico con vigencia de más de seis meses, autorización de trabajo emitido por el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social u otras entidades públicas autorizadas.
Por su parte, en India sólo se concede el visado a profesionales altamente cualificados requeridos por una empresa local. Esta carta de entrada nunca se aprueba para empleos en los que haya candidatos del país o para trabajos de oficina o rutinarios.