Se ha cumplido un año desde que el Gobierno del Partido Popular introdujera la polémica reforma laboral. 365 días después no sólo no ha creado empleo, si no que ha destruido. Según la Encuesta de Población Activa, hay 691.700 desempleados más y se han destruido 850.000 empleos, cifras que ponen de manifiesto una verdadera crisis en el sistema.
A pesar de que el Gobierno avisó de que sin esta reforma se hubiera destruido aún más empleo, lo cierto es que el tiempo les ha ido quitando la razón: El ritmo de pérdida de empleo fue mayor el pasado año que en 2009. Los expertos ya apuntan a que la reforma no ha cumplido su objetivo, que era profundizar en la flexibilidad interna para frenar la destrucción de empleo.
Por otro lado, los expertos creen que la recuperación del empleo tendrá que venir de la mano de la económica y que ésta estará ligada también a si la Comisión Europea da más tiempo a España para cumplir con la meta de déficit, lo que permitiría que el ajuste en el sector público, donde podría producirse la mayor destrucción de empleo este año, se amortiguara.